Wall Street no ha logrado aferrarse al rebote de los mercados europeos y asiáticos. La confirmación por parte de la Casa Blanca de que aplicará aranceles del 104% a China ha vuelto a hacer saltar las alarmas en los mercados estadounidenses y ha evaporado las subidas que registraban. El S&P 500 ha finalizado con una caída del 1,57% después de llegar a subir más de un 4%. También han sucumbido a los recortes el Dow Jones, que ha cedido un 0,84%, y el tecnológico Nasdaq, que ha perdido un 2,15%, en una sesión cargada de volatilidad en la que el índice del miedo el Vix, ha vuelto a situarse sobre los 52 puntos. Mejor evolución han logrado las Bolsas de europea y Asia, que sí han conseguido el rebote tras tres jornadas de fuertes pérdidas, aunque la tensión y volatilidad sigue siendo palpable en las Bolsas. El Ibex ha cerrado la sesión con una subida del 2,37%, su mayor avance desde marzo de 2023, recuperando los 12.000 puntos impulsado por el sector bancario. Aun así, el rebote resulta insuficiente: el índice español sigue un 9,6% por debajo de los 13.350 puntos que marcaba el miércoles 2 de abril, justo antes del anuncio arancelario del Ejecutivo estadounidense.

En otras plazas europeas, las ganancias han sido del mismo orden, o algo superiores. Alemania ha sumado un 2,9%, Francia, un 2,5%, y Reino Unido, el 2,8%. Más allá de las Bolsas, otros activos han vivido una jornada más sosegada, después del caos de los últimos días: el dólar cotiza estable frente a la moneda europea —cada euro cuesta en torno 1,09 dólares—, pero el petróleo ha finalizado con una caída del 2% tras conocerse la medida de Washington, mientras que la rentabilidad de los bonos avanza y la deuda estadounidense con vencimiento en 2035 se sitúa ya en el 4,29%. Los inversores no se fían y el nerviosismo aún sobrevuela los parqués.

Las Bolsas europeas, así, se han mantenido hoy frágiles, pero más templadas. Tras perder los mercados mundiales 9,2 billones de euros de capitalización en tres días, los inversores están deseosos de alguna buena noticia. Trump ha cambiado el paso al presionar más a China y sigue enrocado en no cambiar una coma de su programa arancelario. El hecho de que Japón envíe un equipo negociador a EE UU para iniciar conversaciones sobre comercio se había considerado un acercamiento suficiente para que los operadores atisben una posibilidad de negociación, pero el aumento de las hostilidades pone en cuestión ese planteamiento. Antes, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, había señalado en una entrevista con la CNBC que se han recibido muchas llamadas de países para comenzar negociaciones comerciales, y que el mismo Trump estará involucrado. Mientras, la Unión Europea, prepara una respuesta al plan arancelario, y el tono aparente es de evitar la ruptura total: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha pedido a China “evitar una nueva escalada. Con todo, si no hay cambios de última hora, las tasas específicas por países entrarán en vigor el 9 de abril.

En Asia, el mejor tono también se ha dejado sentir, especialmente en Tokio, ante las conversaciones para intentar un acuerdo comercial con EE UU. El Nikkei ha cerrado un 6% al alza, tras perder un 8,6% en los tres días anteriores. El Hang Seng de Hong Kong, que ayer bajó más del 12%, ha subido un 1,5%. Y el índice compuesto de Shanghai se ha anotado un 1,6%. Algunos analistas vislumbran “un pequeño rayo de luz” de que Estados Unidos esté realmente abierto a las negociaciones comerciales. Con todo, la volatilidad sigue siendo extremadamente elevada y los expertos no lanzan las campanas al vuelo.

Entre los valores de la Bolsa española que más han repuntado se encontraba la banca, muy penalizada en las sesiones previas. El Santander se anotaba un 5%, Unicaja y BBVA, cerca del 4%; CaixaBank subía un 3,58%, y Bankinter, el 3,2%. También ganaba Indra, un 5,8%, e IAG, el 5,6% En el lado negativo únicamente se situaron Repsol (-0,99%) Telefónica (-0,46%). En otros mercados europeos ganaban también empresas castigadas como Siemens Energy, que gana un 5,5%, el fabricante de aviación Dassault (+6,5%) y el grupo de defensa Rheimettal (+5,75%).

Pese a las ganancias europeas de la jornada, atribuible más a un efecto técnico que a un cambio real de tendencia, el pesimismo sigue siendo la nota dominante. Los estrategas de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, han rebajado su recomendación sobre las acciones de Estados Unidos a neutral desde sobreponderar. La firma espera “más presión sobre los activos de riesgo a corto plazo, dada la importante escalada de las tensiones comerciales mundiales”. Más agoreras son las previsiones de Goldman Sachs, que considera que la caída de los mercados puede convertirse en un mercado bajista cíclico a medida que se acumulan los riesgos de recesión. Un mercado bajista implica, normalmente, dos años de caída, y las cotizaciones tardan tiempo en recuperar los niveles previos, y se trata de mecánicas derivadas del ciclo económico; una caída puntual, desatada por un evento, supone pérdidas más rápidas pero una recuperación también rápida. Precisamente ayer, el CEO de BlackRock, Larry Fink, apuntó que todos los ejecutivos con los que habla consideran que EE UU ya está en recesión. Otras voces de Wall Street se sumaron a las críticas de Fink: Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, exigió una aclaración de la situación cuanto antes y advirtió de que para Estados Unidos sería “desastroso” romper sus alianzas.

En la renta variable estadounidense, uno de los valores más afectados por el enrocamiento de Trump ante China ha sido Apple. La tecnológica se ha dejado un 5% pese a haber llegado a subir un 4% durante la jornada. La fuerte exposición a China de la empresa está detrás de una pérdida de cerca del 22% en Bolsa en las últimas cuatro jornadas, en la que es su peor racha desde 2008. Dan Ives, analista de Wedbush, ha reconocido que los aranceles anunciados pueden provocar una “tormenta de precios de categoría 5″ para los consumidores estadounidenses. En su opinión, la imposición de estas tasas es “la mayor debacle jamás vista en los mercados porque es puramente autoinfligida por Trump y la lógica del daño a corto plazo está muy mal calculada”.

Ante posibles nuevas sacudidas, los inversores han seguido acaparando activos considerados refugio. El oro subía un 1,3% hoy y cada onza costaba cerca 3.000 dólares, cerca del máximo de 3.100 dólares que marcó hace unos días. En el mercado de divisas, suben el yen y el franco suizo, mientras el dólar está estable. Al miedo a la recesión se suman las expectativas de recortes más agresivos en los tipos de interés en Estados Unidos. El mercado ya descuenta una relajación de 125 puntos básicos para finales de año, lo que equivale a cinco recortes de 25 puntos cada uno, según los swaps de tasas de interés. Hasta la semana pasada, antes de que Trump anunciara unos aranceles mucho más agresivos de lo previsto, los operadores esperaban solamente tres recortes. El billete verde cae este martes levemente frente al euro, y cada y euro cuesta 1,096 dólares.

En materias primas, donde el Brent se ha situado en mínimos de 2021 y se deja más de un 14% en las últimas cuatro jornadas es que es la creciente tensión comercial entre China y Estados Unidos, que pueda frenar el crecimiento e incluso llevar a recesión a grandes potencias como Estados Unidos. “Diría que [la mejoría] se ajusta más a un repunte bajista, algo que los operadores deberían intentar evitar, en lugar de creer que hemos alcanzado un punto de inflexión clave para una tendencia alcista sostenida”, concluye Chris Weston, director de análisis de la firma Pepperstone.

Por su parte, Juan José del Valle, analista de Activotrade, considera que si bien los mercados están más volátiles que nunca, “lejos de ser una señal de retirada, la incertidumbre actual está creando uno de los escenarios más interesantes de los últimos años”. Así, considera que es “una oportunidad única para estar atentos, repensar estrategias, rebalancear carteras y, sobre todo, empezar a poner a trabajar esa liquidez que ha estado esperando el momento adecuado.”

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