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El Concierto Económico vasco logró ayer lo que muy pocas cuestiones consiguen hoy en el panorama político español, inmerso en un momento de especial convulsión. ... La crispación es palpable en los duros enfrentamientos diarios entre PSOE y PP; en la actitud de Sumar marcando perfil propio frente a los socialistas; con Podemos haciendo la competencia a Yolanda Díaz... Toda esa hostilidad quedó ayer al margen y una abrumadora mayoría de grupos parlamentarios unieron sus votos para aprobar la tramitación en lectura única de una actualización del régimen fiscal vasco, la sexta desde 2002.
Era el de ayer un trámite más de forma que de fondo -la votación definitiva será mañana-, pero de indudable relevancia para calibrar el respaldo político que tiene el régimen fiscal vasco en las Cortes Generales. Se debatía tramitar por la vía rápida en vez de por procedimiento ordinario, es decir, sin opción a enmiendas, el proyecto de ley que recopila los acuerdos alcanzados en las tres últimas Comisiones Mixtas del Concierto celebradas desde noviembre. En la práctica, incluye la concertación de nuevos impuestos, el diferimiento del pago del IVA para las importadoras en Euskadi y mayor autonomía normativa para las tres Haciendas vascas.
Todos los grupos parlamentarios, salvo Vox, que participaron en el debate apoyaron la propuesta, lo que supone la ratificación del aval que mantiene el régimen fiscal vasco en el Congreso. Había especial interés con la postura que fuera a adoptar el PP, que en los últimos meses ha sido especialmente crítico con los acuerdos sobre transferencias firmados entre los gobiernos central y vasco. Además, los populares habían planteado en el Senado la no concertación con Euskadi y Navarra del impuesto a la banca como requisito para apoyarlo -ese tributo sí forma parte finalmente del paquete de actualización de la ley-. El PP, sin embargo, volvió escenificar su respaldo al Concierto. Fue el diputado alavés Carmelo Barrio quien defendió desde su escaño el régimen fiscal vasco. «Es un importante instrumento de nuestra historia, que tiene su fundamento en la Constitución», argumentó, al tiempo que recordó la «coherencia» que ha mantenido su formación en este tema. De hecho, en 2017 el expresidente del PP vasco Alfonso Alonso logró incluir en los estatutos del partido el «respeto a las especificidades forales del País Vasco y de Navarra».
Sólo Vox votó en contra de la tramitación rápida, aduciendo que «reduce el control político y restringe la transparencia». Tanto PSOE (María Luisa García Gurrutxaga), como PNV (Idoia Sagastizabal), EH Bildu (Oskar Matute) y Sumar (Lander Martínez) cargaron contra la formación de extrema derecha, a la que acusaron de posicionarse contra la Constitución. Sin embargo, el Concierto sigue sin quedar al margen del rifirrafe político e incluso sirve como instrumento de presión: Compromís anunció ayer que, pese a respaldarlo en defensa de la «plurinacionalidad» del Estado, se abstendrá en la votación definitiva como medida de protesta contra la «infrafinanciación» de la Comunidad Valenciana y un sistema «injusto» que les perjudica.
La actualización del concierto económico
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Autonomía normativa en el Impuesto sobre la Renta de no residentes. Pasa a ser un tributo concertado en todos los supuestos.
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Mayor capacidad normativa propia en 14 impuestos. Especialmente relevante en relación con el IVA.
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Sube a 12 millones de euros el umbral del volumen de operaciones. Garantiza que más contribuyentes -que hasta sobrepasaban el límite- tributen en exclusiva a las Haciendas Forales el IVA y Sociedades.
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Concertación de nuevos impuestos. Impuesto sobre los líquidos para Cigarrillos Electrónicos y otros productos relacionados con el Tabaco; Impuesto a la banca; Impuesto a las multinacionales.
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Diferimiento del pago del IVA a las importadoras vascas. No tendrán que adelantar el pago en la Aduana, sino que podrán declararlo en sus declaraciones ordinarias ante las Haciendas Forales, con lo que estarán en la misma situación que las del resto del país.