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Tras las promesas, los anuncios grandilocuentes y la guerra política, ayer era el día de la verdad, la fecha en la que se ponía en ... servicio el tren Madrid-Logroño con paso por Miranda y Haro. Y sí, Renfe cumplió, pero el convoy llegó con 50 minutos de retraso tras un trayecto de casi cinco horas desde la capital de España y el regreso (Logroño-Madrid) partió con una cuarta parte de pasajeros a bordo.
El inicio, por la mañana, no fue para presumir. El nuevo tren Madrid-Logroño que tenía prevista su llegada a la capital riojana a las 12.41 horas se retrasó casi una hora. En un principio el panel informativo de llegadas de la estación de Logroño informó de que el tren llegaría a las 13.10 horas pero pronto alargó aún más su demora, hasta las 13.27, aunque finalmente paró en el andén 5 a las 13.31, es decir, tras casi cinco horas. Un estreno del servicio ferroviario que no fue el soñado. Y es que, según algunos viajeros con los que pudo hablar Diario La Rioja, el tren ya salió con retraso de Madrid, pasadas las 9.00 horas, cuando tenía previsto emprender el viaje a las 8.40.
Marta Cardiel, logroñesa que estudia oposiciones y reside en Madrid, contaba que se enteró de que era un nuevo servicio después de comprar el billete, extrañada porque el tren salía de Chamartín en lugar de Atocha. «Hemos salido 25 minutos tarde porque no había vía o no sé qué. Luego ya no me he fijado pero supongo que hemos esperado más tiempo en alguna estación. Y por el camino también hemos parado alguna vez», explicó Marta Cardiel, que pagó 13 euros por la ida y 12 por la vuelta con el descuento del carné joven. «Ya había venido otras veces de Madrid y el servicio no ha mejorado mucho porque nunca se había retrasado tanto», juzgó Cardiel.
Otra pasajera, Leticia Sabando, también llegó junto a su hija a Logroño desde Madrid, donde trabaja y reside, para pasar la Semana Santa aquí. «Hay muy poquitos trenes, deberían poner más. Y la diferencia de precio es grande, los que quedaban costaban 80 y pico euros y este me ha costado 37,55», declaró Sabando. «Lo había cogido por el horario y el precio. No había cafetería pero nos han ofrecido un botellín de agua. El personal ha sido muy amable», expuso la viajera riojana. A pesar del retraso, Sabando extrajo algo positivo: «Es verdad que el último tramo ha sido muy lento pero muy bonito porque vas pasando por todos los pueblos, aunque la primera parte ha sido por vía rápida».
Según informó Renfe a este periódico, el retraso se debió a un problema logístico en la salida y a cuestiones de gestión de la circulación. Trabajadores de la estación de tren de Logroño detallaron que este tipo de retrasos se producen cuando se cruza con un Alvia, que tiene preferencia y al que hay que ceder el paso. El Intercity alcanzó la capital riojana tras salir de la estación madrileña de Chamartín y pasar (y hacer parada) por Segovia, Valladolid, Burgos, Miranda de Ebro y Haro. El mismo tren partió a las 16.12 horas desde Logroño rumbo a Madrid, a donde llegó a las 20.21 horas, es decir, con apenas 6 minutos de retraso.
«Para escribir un libro»
A diferencia del ferrocarril de la mañana, el de la tarde inició puntual el trayecto, a las 16.12 horas. Y lo hizo con una cuarta parte de los pasajeros que puede albergar: 72 de los 284 asientos disponibles. Y muchos de los viajeros no realizaron el trayecto completo sino que solo se trasladaban a Miranda, Burgos o Valladolid. El viaje arrancó con una leve parada antes de alcanzar Fuenmayor y remontó el Ebro entre viñedos, con Sierra Cantabria ejerciendo de trinchera, bajo una incómoda lluvia por el viento que sacudía los chopos e imprimía las gotas de agua en las ventanas, surcando el cristal como lagrimones en las mejillas. Así, el viaje resultó melancólico y triste, a pesar de la alegría que desprendía un grupo de amigas de Lanciego que una vez al año organizan un viaje. Muchas de ellas no sabían ni que viajaban a Madrid. Era sorpresa. El año pasado fueron a León. «Teníamos cogido un viaje en autobús pero nos salía más barato y mejor en tren, así que lo hemos cambiado», relató Itxaso Compañón. El billete apenas les había costado 15 euros a cada una frente a los 23 del autobús. Y el retraso del servicio por la mañana no les importaba, ellas viajan en tren por la comodidad que ofrece al ser una docena de chicas. «Nos da igual ¡Ya han empezado las vacaciones!», celebraron al brindar con calimocho hecho con el vino Herrigoia del proyecto El Mozo de Compañón.
El tren llegó a las 17.01 horas a Haro, la primera parada y donde no se apeó nadie pero se sumó una mujer a la carrera. Para entonces el recorrido ya acumulaba diez minutos de retraso. Nada más salir de la estación jarrera, nueva parada. Durante varios minutos el ferrocarril quedó inmóvil sobre la vía. Después reinició la marcha muy lentamente hasta San Felices. Según justificó Renfe, porque la velocidad se ha reducido en el tramo donde recientemente se produjo un descarrilamiento. Para cuando recobró la velocidad se presentó la segunda parada, ya en la provincia de Burgos. Antes de reducir de nuevo y súbitamente la marcha, una de las jóvenes alavesas alertó: «¡Un corzo!». Sobre un cultivo, el pardo lomo de un aparentemente tranquilo cérvido que parecía observar en la distancia la industrial ciudad de Miranda.
Belén y Lucas, una pareja logroñesa, aunque él es natural de Argentina, viajaban en otro vagón. Casi cada compartimento parecía un continente y recorrerlos se asemejaba a dar la vuelta al mundo. («Un viaje en tren da para escribir un libro», comentó Itxaso a sus amigas). Junto a Belén y Lucas se sentaban otros cuatro familiares, todos del otro lado de océano Atlántico. «Vino la familia a visitarnos, han estado un mes y vamos a acompañarlos a coger el avión», contó Belén. «Leí en las noticias que era el primer servicio, con un recorrido nuevo, y vimos que era cómodo y barato. Si no, nos tendríamos que dividir en autos», justificó Lucas. «Además, llevamos mucho equipaje», apuntó Belén.
En el último vagón, el más concurrido, estaba acomodado el joven Mario Jiménez, quien viajaba a Madrid para pasar el fin de semana con unos amigos. «Suelo ir en autobús, pero he probado por ser una línea nueva y creo que es más cómodo. Además, me ha salido muy barato», reconoció Mario. También viajaba Héctor San Miguel junto a su prima Mara, quienes acudían a visitar a su familia en Fuenlabrada. «Es bastante más barato, aunque son más de cuatro horas de viaje. Suelo viajar bastante en tren, pero por Valdepeñas, cogiendo otro enlace, aunque me resulta mucho más caro», especificó Héctor.
El tren es cómodo y limpio, aunque no dispone de wifi ni cafetería. Y la cobertura tampoco es buena. Al partir de la estación de Miranda, donde suben unos 50 pasajeros más y bajan media docena, el retraso ya supera los 15 minutos. De hecho, hay quien casi pierde una enlace con San Sebastián. La estación burgalesa es antigua, coqueta y transitada. La rodean bares de nombres asociados, como La Ferroviaria y El Andén. Aún quedan tres horas de viaje, pero la vía rápida a partir de Burgos permitirá recuperar tiempo y llegar a meta con apenas seis minutos perdidos. Antes de reemprender la marcha, Itxaso plantea a sus amigas: «Solo podéis elegir un árbol: ¿cuál elegís?».
El PSOE celebra el nuevo servicio por Miranda: «Hoy tenemos un 45% más de conexiones con Madrid»
En el día en que se ponía en marcha el nuevo servicio ferroviario de Logroño a Madrid por Miranda, el diputado socialista Jesús María García compareció ante los periodistas para saludar este enlace: «Hoy tenemos un 45% más de trenes con la capital. De 18 conexiones pasamos a tener 26. Es un aumento positivo. A partir de hoy, vamos a disponer de 3.400 billetes más cada semana para viajar a Madrid, lo que supone un 85% más de plazas desde Logroño. De esas 26 conexiones, 14 van a transitar por La Rioja Baja y 12 por la Alta; así que, con esta reestructuración, se pasa a dar servicio a la mitad occidental de la comunidad autónoma».
«Esta es una realidad más allá de las polémicas buscadas y premeditadas», sentenció García. El diputado socialista se refería así a la lectura que Capellán hizo el pasado jueves de la carta remitida por el secretario de Estado de Transportes, en la que se rechazaba un nuevo servicio con Madrid por Calahorra, lo que el presidente riojano consideró un incumplimiento del departamento de Óscar Puente. «Tal y como confirmó el Ministerio ayer, se dotará de nuevo material rodante a nuestra comunidad para bajar de las tres horas de duración. Esto, que era el compromiso del ministro, se hará efectivo en cuanto finalicen las pruebas que se están haciendo», apuntó García, que denunció la actitud del presidente: «No deja de ser sorprendente que el mismo día en que nuestra comunidad autónoma pasa a tener un nuevo tren directo con Madrid, el señor Capellán pasa a la carga contra el Ministerio». El PSOE riojano manifestó su deseo de acompañar al Gobierno regional en la petición de más frecuencias y más trenes, pero «desde el diálogo y la voluntad de acuerdo».
El PP, en un comunicado, reprochó a los socialistas que se alinearan «con las excusas del Ministerio» en lugar de sumarse «a las justas reclamaciones del Ejecutivo regional, empresarios, sindicatos y sociedad en general».