El Gobierno está convencido de que la realidad ha vuelto a dejar fuera de juego al PP en sus críticas a la política internacional de Pedro Sánchez. Los populares reprocharon con dureza al presidente el viaje a Pekín, que le llevó el viernes a una larga reunión de tres horas con Xi Jinping, el líder chino, sobre todo porque pensaban que eso provocaría represalias de EE UU. Sin embargo, pocas horas después, este mismo lunes, el Gobierno anunció otro viaje, esta vez a Washington, del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, para tratar de reforzar los puentes con Washington y calmar a los inversores. El ministro visita al secretario del Tesoro de EE UU, Scott Bessent, precisamente el miembro de la administración Trump que criticó el acercamiento de Sánchez a China: “Puedo decir al resto del mundo que… no estoy seguro de si el primer ministro [Sánchez] o el ministro de Economía de España [Carlos Cuerpo] hicieron algunos comentarios esta mañana [en el sentido de que] todos, deberíamos alinearnos más con China. Eso sería cortarse su propia garganta”. Por eso, el viaje de Cuerpo demostraría, según el Gobierno, que las cosas no están tan mal entre Madrid y Washington como piensa el PP.

Es evidente que no son administraciones amigas, Trump y Sánchez están a kilómetros de distancia, y no es previsible en breve una reunión entre los dos presidentes, al contrario de lo que sucede con la ultraderechista Giorgia Meloni, que irá esta semana a Washington a ver a Trump. Pero este viaje, insisten fuentes del Gobierno, demuestra que EE UU respeta a España y los canales se mantienen abiertos para negociar sobre todo tipo de cuestiones, aunque los aranceles corresponden exclusivamente a la Unión Europea.

Cuerpo viaja a Washington, explican en el Gobierno, de forma coordinada con la Comisión Europea, igual que Sánchez lo hizo a Pekín. Esto desactiva también otra crítica que hizo el PP, la de que España iba por libre a China y esto había generado malestar en Bruselas.

Nada más lejos de la realidad, sostienen fuentes del Ejecutivo, como demuestra el hecho de que Sánchez habló antes del viaje con Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, y ella misma ha confirmado que estará en Pekín en julio para una cumbre bilateral China-UE. “La posición de España es la misma de la Comisión Europea”, insistió Sánchez durante todo el viaje. Ya en los días de la visita, que también incluyó un viaje a Vietnam, otro país muy afectado por la guerra arancelaria de Donald Trump, la delegación española, y especialmente el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, remarcaba que no es en absoluto incompatible estar en China y no romper los puentes con Washington.

Desde el primer momento, la delegación española, también el ministro de Agricultura, Luis Planas, minimizó el ataque de Bessent. Decían que se trataba de una frase improvisada en una cena política, no un comunicado ni una posición oficial de EE UU. Trump no ha dicho una palabra sobre España. Cuando señalaban estas cosas y evitaban responder al PP, los miembros del Gobierno ya sabían que Cuerpo iría este martes a Washington, porque el viaje estaba cerrado antes de ir a China. Además, Marco Rubio, secretario de Estado de Donald Trump, habló con Albares antes de que partiera hacia Pekín y no le trasladó ningún malestar.

Desde el punto de vista del Gobierno, todo estaba claro y la visita a China tenía todo el sentido. De hecho, la vivieron como un gran éxito diplomático, porque ha logrado un salto en la relación entre los dos países después de tres viajes en tres años que Xi agradeció y anunció que algunas de las inversiones millonarias chinas que están encima de la mesa avanzarán en los próximos meses.

Sin embargo, el PP insiste en mantener su crítica y el viaje de Cuerpo no les ha hecho, al menos de momento, cambiar su estrategia de rechazo al viaje a China. El PP sostiene que el Gobierno tendría que “haber aplazado” la visita y apuntan que el viaje obedece a los “intereses personales” de José Luis Rodríguez Zapatero, después de que el expresidente socialista acudiera al foro de Boao, el Davos chino, unos días antes de que Sánchez se viera con Xi Jinping. “Están primando los intereses personales de Rodríguez Zapatero. Se debe dar explicaciones sobre qué se ha tratado y sobre todo cuáles son los intereses de Rodríguez Zapatero en esta agenda exterior que está desarrollando el Gobierno de España y que puede tener consecuencias negativas para nuestra economía”, dijo el domingo la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.

Este lunes, Feijóo mantuvo las críticas. El líder del PP cree que el viaje a China fue una “imprudencia” y añadió que su partido espera que la administración Trump no lo considere una “provocación”, algo que, a su juicio, es un “riesgo” que existe y que es “real”. Feijóo habló antes de que conociera el viaje de Cuerpo. “No sabemos a qué ha ido el presidente a China, no ha dado ninguna información al respecto, no sabemos con qué agenda ha ido y qué acuerdos, si es que hay algún acuerdo que se haya traído de China”, se quejó Feijóo, a pesar de que en la rueda de prensa en Pekín el presidente sí explicó una media docena de acuerdos que se firmaron allí, entre ellos algunos sobre la carne porcina, para que España pueda exportarla a China con garantías, los cosméticos o los productos farmacéuticos.

“Esperemos además no tener razón, esperemos que la administración norteamericana no considere este viaje como una provocación”, avisó. El viaje de Cuerpo, salvo que el resultado político este martes sea desastroso y haya un enfrentamiento con Bessent, estaría hablando en sentido contrario a esas represalias. Feijóo, por el contrario, sí apoya la posición negociadora de la Comisión Europea frente a los aranceles de Trump, que Sánchez insiste en que es la misma que tiene él. El líder del PP tampoco aclaró qué votará el PP en la convalidación del decreto con el escudo antiaranceles en el Congreso, y se limitó a criticar que el Gobierno “ha desechado” sus propuestas. Este martes en el Consejo de Ministros está previsto que se aprueben algunos desarrollos de ese escudo anti aranceles, pero para el Gobierno es fundamental que el PP vote ese decreto, así que seguirán teniendo conversaciones con los populares a la vuelta de Washington para conseguir su voto.

El Gobierno confía en reforzar los puentes con Washington con la visita de Cuerpo al secretario del Tesoro | Economía | EL PAÍS


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