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El Banco Central Europeo (BCE) ha seguido el guion previsto y no ha defraudado. El organismo presidido por Christine Lagarde ha recortado otros 25 puntos ... básicos los tipos de interés desde el 2,5% actual al 2,25%. Se trata del séptimo descenso consecutivo y los tipos se sitúan en un nivel que no se veía desde noviembre de 2022.
La guerra comercial desatada por el presidente de EE UU, Donald Trump, aleja la esperanza de una recuperación económica en la zona euro para este 2025 y ha trastocado los planes del BCE, que ha dado carpetazo al debate de si era el momento de pausar las rebajas de tipos ante los planes de estímulo en Alemania.
Lagarde manda así un mensaje de confianza a los mercados y vuelve a apostar por otro recorte no porque la inflación no esté controlada, que sí lo está en la zona euro –se sitúa ya en el 2,2%, casi el objetivo del BCE-, sino por el riesgo a esa recesión global que puede alcanzar también a la zona euro a causa de los aranceles y frustrar así las esperanzas de que comience una recuperación económica sostenida en 2025. Y es que esta rebaja beneficia a las exportaciones europeas y a la economía comunitaria en general. Así lo entiende el BCE, que ha avisado de que las tensiones comerciales afectarán de forma negativa a las previsiones económicas para el área del euro.
No obstante, el instituto emisor asegura que el proceso de desinflación «avanza por buen camino». En este sentido, la inflación ha seguido evolucionando según lo previsto por el personal técnico, con una disminución tanto de la inflación general como de la subyacente en marzo. La inflación del sector servicios también se ha moderado notablemente en los últimos meses y la mayoría de los indicadores de inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará en torno al objetivo a medio plazo del Consejo de Gobierno del 2% de forma sostenida.
El BCE sostiene que la economía de la zona euro ha ido adquiriendo «cierta resiliencia» frente a las perturbaciones globales, como las últimas guerra en Ucrania o Gaza, pero las perspectivas de crecimiento se han deteriorado debido al aumento de las tensiones comerciales. Por ello, avisa de que «es probable» que el aumento de la incertidumbre reduzca la confianza de los hogares y las empresas, y que la respuesta adversa y volátil del mercado a las tensiones comerciales tenga un impacto negativo en las condiciones de financiación. «Estos factores podrían lastrar aún más las perspectivas económicas de la eurozona», advierte.
Trump contra Powell
Esta decisión del BCE de recortar tipos es el motivo que esgrime Trump para pedir el despido del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, contra el que cargó duramente por no haber seguido sus consejos y recortar también los tipos de interés.
«Jerome Powell debería haber bajado los tipos de interés, como el BCE, hace tiempo, pero sin duda debería bajarlos ahora. ¡El despido de Powell no puede esperar!», escribió Trump en un mensaje en su red social Truth.
Próximos pasos
A la espera de las nuevas previsiones económicas del organismo -que se materializarán en la siguiente reunión de junio- es posible que Christine Lagarde ofrezca alguna pista en torno al escenario de tensión comercial. Pero será difícil que dé previsiones concretas, sobre todo ante la imprevisibilidad de Trump que complica, y mucho, la comunicación de las decisiones futuras del BCE, que este jueves se enfrenta además al reto de calmar al mercado tras la fuerte volatilidad vivida estos días. Así que las palabras de Lagarde tendrán que ser medidas al milímetro.
«Ante el aumento de la incertidumbre económica, es probable que la presidenta del BCE mantenga abiertas todas las opciones para adaptar las decisiones de política monetaria en cada reunión, en función de los datos disponibles, las proyecciones económicas y la evaluación de los riesgos, que han cambiado significativamente desde el miércoles 2 de abril», señala Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.
Las quinielas son más complejas que nunca, pero la teoría de nuevos recortes de tipos de aquí a verano ha ganado fuerza en estas semanas. «En un contexto tan negativo de las bolsas, riesgos, revisión a la baja del crecimiento, etc., los bancos centrales van a tomar un papel más activo en las bajadas de tipos», afirma Luis Merino, responsable de Renta Fija en Santalucía AM.
En su opinión, la guerra comercial abierta tendrá un efecto «más recesivo que inflacionista». «Pensamos que, al final, la balanza se va a inclinar hacia el menor crecimiento, puede haber tensiones inflacionistas por la subida de tarifas, pero serían disruptivas, frenarían la demanda, la confianza del consumidor y la actividad económica», añade.
Ante la próxima cita clave de junio, donde el organismo presentará sus proyecciones macroeconómicas actualizadas, los gestores de Pimco consideran que será «una buena oportunidad para que el BCE reevalúe de manera integral si será necesaria una postura política de estímulo directo para defender su objetivo de estabilidad de precios del 2%».