La Demarcación de Costas en Málaga tiene abierto el periodo de información pública para que se puedan realizar alegaciones al deslinde del dominio público marítimo- ... terrestre que quedaba pendiente en Guadalmar. El organismo, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, ha hecho retroceder la línea imaginaria que separa el dominio público del privado al objeto de preservar un mayor espacio costero.

En la práctica se trata, de integrar y de garantizar el uso público del sistema de dunas que hay en la anteplaya de Arraijanal, por debajo de la Academia del Málaga Club de Fútbol, entre el campo de golf y la desembocadura del Guadalhorce. Por supuesto, se sumn el paseo marítimo de Guadalmar, que sufre continuamente vertidos de arena y encharcamientos con los oleajes.

Se trata, en suma, un tramo de 1,832 kilómetros, desde el extremo oriental del Parador de Golf de Guadalmar hasta la desembocadura del río. El deslinde garantiza, por ejemplo, que se pueda llevar a cabo algún día uno de los proyectos que duermen el sueño de los justos en Málaga: el parque marítimo-terrestre de Arraijanal.

Estudio de Tragsatec

Con esta operación, Costas se aproxima al 95% del litoral de la provincia deslindado, un precepto que hay que cumplir a raíz de la Ley de Costas de 1988, modificada por la Ley de 2013 y el nuevo Reglamento General de Costas de 2014. La propuesta de incoación de deslinde se realizó el 5 de febrero de este año.

Se da la circunstancia de que, tal y como advertía un informe técnico redactado por la empresa pública Tragsatec, el proceso regresivo de toda esta franja litoral es serio. Es más, la previsión de retroceso de la costa en las próximas décadas es notable. El informe estima que la pérdida de superficie costera desde 1957 supera los 22.000 metros cuadrados netos (diferencia entre aportes y erosión).

«Los depósitos de playas son de escasa anchura. Las granulometrías suelen ser bastas, con litologías de formaciones más o menos próximas, especialmente paleozoicas que son las que afloran en la región con mayor extensión. Las dunas costeras que actualmente son visibles con más facilidad se encuentran en las proximidades de la playa de San Julián y Arraijanal. Por otra parte, a poniente del campo de golf, en las parcelas ubicadas en el área de la Cizaña, se observan formaciones dunares allí donde la actividad antrópica es más reducida (construcciones o vertidos)», recogía el informe.

Estación de bombeo

Hay elementos que reflejan claramente este proceso regresivo, como la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR), que, incluso, ha tenido que ser protegida con escolleras. De hecho, en el Plan de Inversiones de Emasa, la empresa pública de aguas de la capital, ya trabaja en una obra millonaria para reestructurar todo el entramado de conducciones y circulación de las aguas residuales antes de ser enviadas a la cercana depuradora del Guadalhorce. Las obras de la primera fase rondan los 5 millones de euros. Y es que la EBAR se encuentra literalmente en la rompiente de la playa de Arraijanal, con el consiguiente riesgo grave de rotura y vertido del contenido residual. Hay que sustituir estas instalaciones amenazadas por el mar y repartir la carga de trabajo en tres: las nueva EBAR Moby Dick, San Julián y Pascal. Además se va a remodelar la del campo de golf.

El citado estudio de Tragsatec dibuja un horizonte preocupante en 2070. Pero también antes: en 15 años, el mar quedaría al borde las viviendas y el hotel; las aguas inundarían las viviendas más al Sur en el plazo de 46 años, y, además, se observa que también avanza notablemente la cota de posibles inundaciones por temporales.

En el caso de Guadalmar, esa pérdida de zona de playa ha sido especialmente significativa desde 2016, a pesar de las aportaciones de arena realizadas en los últimos años, para evitar la pérdida de terreno costero tanto en la playa como en la zona en la que existe la estación de bombeo. «En el año 2019 se aportaron alrededor de 6.000 metros cúbicos de arena a la zona y en el año 2020 fueron hasta 16.000 metros cúbicos, no siendo suficientes para evitar la regresión de la playa, pero reduciendo su velocidad de regresión en los transectos [tramos] centrales», señalaba el estudio.

Costas termina el deslinde de Guadalmar y garantiza el uso público de las dunas | Diario Sur


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