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La característica principal del diálogo entre Estados Unidos y la Comisión Europea para intentar revertir la imposición de aranceles anunciada por el presidente norteamericano Donald Trump el pasado 2 de abril, el conocido como “Día de la Liberación”, es que los europeos no terminan de entender qué quiere exactamente Estados Unidos. Todo mientras el Ejecutivo comunitario trabaja contrarreloj, ya que la suspensión temporal que Trump anunció finaliza en julio. El lado europeo ha hecho varias ofertas, siendo la principal el compromiso de un acuerdo para eliminar los aranceles a todos los bienes industriales, pero ninguna de ellas ha logrado generar progresos en las conversaciones entre la administración americana y los negociadores comunitarios.
Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, ha puesto sobre la mesa una nueva oferta, según ha explicado en una entrevista con el Financial Times: la UE está dispuesta a adquirir 50.000 millones de euros más en bienes americanos como tecnología o soja si eso ayuda a cerrar un acuerdo y retirar todos los aranceles, incluyendo la base del 10% que Trump ha mantenido durante los 90 días de suspensión de los aranceles generados. La cifra no es casual: es el desequilibrio en la balanza comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea. El mensaje de Sefcovic es sencillo de entender, sabiendo que el déficit comercial es el asunto que más obsesiona a la administración americana, hasta el punto de que es el único elemento que han tenido en cuenta para la imposición de aranceles del “Día de la Liberación”. Y sin embargo, muy probablemente solo irrite al lado americano.
Tras la oferta de “cero aranceles” que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, hizo público que el Ejecutivo comunitario lleva proponiendo desde el mes de febrero, Trump aseguró que para recibir menos aranceles la Unión Europea debía comprar 350.000 millones de euros en bienes americanos, fundamentalmente energía estadounidense. La cifra de 50.000 millones que cita Sefcovic es un intento del lado europeo de incluir una ficha en el tablero que EEUU rechaza tener en cuenta: los servicios. En ese ámbito la economía americana tiene un importante superávit comercial con la Unión Europea. Sefcovic y su equipo suman la balanza comercial de bienes y de servicios, llegando a esa cifra de 50.000 millones.
“Si lo que estamos considerando como un problema en el déficit (comercial) son 50.000 millones de euros, creo que realmente podemos resolverlo muy rápidamente”, señaló el eslovaco en la entrevista, explicando que se podrían hacer compras en distintas áreas, incluyendo la adquisición de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos. Ya en 2018, con la primera presidencia de Donald Trump, el aumento de compra de GNL estadounidense fue una de las piezas centrales de la negociación de la Comisión presidida por Jean-Claude Juncker, y justo después de su victoria electoral en 2024 Von der Leyen insistió en este punto. "Todavía importamos energía de forma significativa a Rusia, pero, ¿por qué no sustituirlo por GNL estadounidense, más barato y que reduce los precios de la energía?", explicó la alemana.
Sefcovic está intentando transmitir la idea de que se están haciendo progresos, especialmente en los esfuerzos por construir una confianza con ciertos sectores de la administración Trump, pero lo cierto es que en Bruselas crece el pesimismo respecto a un posible acuerdo. De hecho, lo que se mantienen son los preparativos para adoptar contramedidas como respuesta a los aranceles generales del 20%. Por el momento la UE mantiene suspendidos durante 90 días las represalias que aplicó contra Estados Unidos por los aranceles que siguen en pie del 25% al acero y el aluminio europeo, y por los que los Veintisiete aplicaron tasas aduaneras a bienes como las motocicletas Harley-Davidson o los pantalones vaqueros Levy’s.
La característica principal del diálogo entre Estados Unidos y la Comisión Europea para intentar revertir la imposición de aranceles anunciada por el presidente norteamericano Donald Trump el pasado 2 de abril, el conocido como “Día de la Liberación”, es que los europeos no terminan de entender qué quiere exactamente Estados Unidos. Todo mientras el Ejecutivo comunitario trabaja contrarreloj, ya que la suspensión temporal que Trump anunció finaliza en julio. El lado europeo ha hecho varias ofertas, siendo la principal el compromiso de un acuerdo para eliminar los aranceles a todos los bienes industriales, pero ninguna de ellas ha logrado generar progresos en las conversaciones entre la administración americana y los negociadores comunitarios.