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Las cuatro estaciones es una obra de Vivaldi, una película de Alan Alda y ahora también una serie de Netflix cocreada por —genuflexión— Tina Fey junto a Lang Fisher y Tracey Wigfield, y deudora de las dos anteriores. De la de Vivaldi, porque sirve de banda sonora, y de la de Alda porque se trata de un remake. Tina Fey ha contado lo mucho que le apetecía hacer algo como la película del actor, que reunió a algunos de los mejores cómicos de su tiempo, como el propio Alda, Carol Burnett y Rita Moreno, hasta que pensó: ¿por qué no remozo esta? La premisa es sencilla: en cada estación, tres matrimonios llevan años pasando sus vacaciones juntos —que tengan tantos días libres no sé si me llama la atención más por vivir ellos en Estados Unidos o por ser yo autónoma—. Esa rutina se trunca cuando uno de ellos anuncia que quiere dejar a su mujer. Hasta aquí, todo como en la película, salvo porque ahora en lugar de tres parejas heterosexuales, una de ellas, además de interracial, está formada por dos hombres, uno de los cuales es un italiano que misteriosamente se llama Claude y no Claudio. Siempre a favor de la diversidad en todas sus formas, pero viendo la actualización del reparto, no pude evitar recordar a los neuróticos ejecutivos de The Studio.
Tina Fey ha cumplido con sus intenciones, algunos de los mejores cómicos actuales están en Las cuatro estaciones: Steve Carrell —con quien ella protagonizó Noche loca—, Will Forte y la propia Fey. Y merece la pena destacar al estupendo Colman Domingo. Pero mientras veía la serie, pasé yo misma por cuatro estaciones. La primera, una gran expectación por disfrutar de algunos de mis cómicos favoritos —30 Rock y The Office siempre estarán en mi altar televisivo—. La segunda, una decepción al comprobar que me sentaba ante una dramedia cuya única actualización parecía circunscrita al casting. La tercera, una búsqueda de responsabilidades: ¿se trata de la obsesión de las plataformas por las IPs y por lo familiar? ¿Por qué Tina Fey ha creído incompatibles, como ha declarado, su nivel habitual de comedia con la profundidad? Puestos a adaptar una comedia ochentera de matrimonios en crisis, fantaseé con Maridos y mujeres, que también tenía a Alan Alda. Y la cuarta, cierta reconciliación con la serie. Si la hubiera firmado cualquier otro, me habría parecido suficiente. Pero “suficiente” me resulta demasiado poco para Tina Fey.