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La República Popular China no da puntada sin hilo. Las tres visitas de su presidente, Xi Jinping, a Canarias no han sido mera casualidad. A Pekin no se le ha pasado por alto la posición geoestratégica de las Islas, que considera una plataforma privilegiada desde la que proyectar su influencia sobre el continente africano. La relación del gigante asiático con Canarias no es reciente. Antes que Xi —que visitó Gran Canaria en 2024 y 2016, y Tenerife en 2019–, otros líderes chinos también hicieron escala en el Archipiélago: Jiang Zemin en 2001 y Hu Jintao en 2004 y 2012. Detrás de estos desplazamientos no solo está el gusto de los mandatarios asiáticos por las Islas, sino un interés geopolítico sostenido. Canarias ha mantenido históricamente vínculos económicos con Pekin y hoy el tráfico de productos y mercancías entre ambos territorios alcanza cifras récord.
China se consolidó en 2024 como uno de los cinco principales socios comerciales de Canarias, siendo el primero fuera del ámbito de la Unión Europea. Según datos del Instituto Canario de Estadística (INE), las exportaciones del Archipiélago al gigante asiático han rondado en los últimos años los 200 millones de euros anuales. En este contexto, los acercamientos de Pekín a las Islas cobran especial relevancia, especialmente en un escenario internacional marcado por incendiaria política internacional de Donald Trump y su guerra arancelaria, que han erosionado la confianza de Europa como su tradicional aliado.
El Archipiélago recibe seis visitas oficiales por parte de tres líderes del gigante asiático en lo que va de siglo
En su reciente visita a China, hace apenas tres semanas, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió con representantes de una docena de grandes compañías chinas con presencia en el mercado español o interesadas en invertir en él. Durante el encuentro, Sánchez se interesó por sus propuestas en materia de desarrollo e innovación, y las animó a apostar por España como destino de inversión y como base estratégica para su expansión internacional. Una estrategia que China ya viene aplicando desde hace décadas con Canarias como plataforma.
Recursos naturales
Para China, la ubicación del Archipiélago representa una oportunidad, ya que África se ha convertido en un eje prioritario de su diplomacia. El continente no solo destaca por su potencial como mercado receptor de productos made in China, sino también por su abundancia de materias primas. Es especialmente relevante su interés en la fachada atlántica africana, rica en recursos energéticos, como el gas y el petróleo. En los últimos años, China ha reforzado su presencia en África mediante una combinación de inversiones económicas y una expansión militar estratégica.
En el ámbito económico, China ha hecho de las infraestructuras su principal carta de presentación, financiando grandes proyectos como la autopista que conecta Dakar, la capital de Senegal, con Touba, la segunda ciudad más importante del país. En el plano militar, en 2017, Pekín inauguró en Yibuti su primera base militar en el extranjero, concebida como centro logístico para operaciones navales y de seguridad en la región. Un año después, en 2018, lanzó el Foro China-África de Seguridad y Defensa, con el objetivo de reforzar la cooperación militar con los países africanos y afianzarse como un socio estratégico en el continente. Un papel que disputa con Rusia, aunque ambas potencias emplean enfoques notablemente dispares.
Pero, ¿qué influencia tiene actualmente China en el Archipiélago? La china es la séptima nacionalidad extranjera con mayor presencia en Canarias. Según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), residen en las Islas unas 10.400 personas procedentes del gigante asiático, aunque la cifra real podría ser significativamente mayor debido a la alta movilidad laboral de esta comunidad. Uno de los puntos estratégicos para el país asiático es el puerto de La Luz y de Las Palmas, una infraestructura moderna y segura que China utiliza como plataforma para proyectarse hacia el norte de África y la región del Sahel, donde busca incrementar sus inversiones a cambio de acceso a recursos naturales. Además, desde la década de 1970 —coincidiendo con la apertura del país al exterior—, el muelle de Las Palmas se ha convertido en un puerto clave para su vasta flota pesquera, que opera frente a la costa africana y recala en Gran Canaria para abastecerse o realizar reparaciones.
Empresas estatales
No es casual que en la capital grancanaria se encuentre una de las sucursales internacionales de la Corporación Nacional de Pesca de China (CNFC, por sus siglas en inglés), el mayor operador mundial de pesca de altura. También es habitual ver en los diques del puerto contenedores de Cosco Shipping, el gigante logístico del país asiático. A esto se suma que, el pasado octubre, el Puerto de Las Palmas anunció la incorporación de dos nuevas grúas para la terminal Opcsa, valoradas en 22,5 millones de euros y fabricadas por ZPMC, el mayor productor mundial de grúas portuarias y estructuras metálicas de gran tamaño. CNFC, Cosco Shipping y ZPMC comparten un denominador común: todas son empresas estatales chinas.
Otro sector estratégico para la República Popular China es el turismo, y sus empresarios han comenzado a invertir con fuerza en el ámbito hotelero. En 2018, el fondo chino Jin Jiang adquirió el 51 % de la cadena Radisson, que cuenta con más de 1.300 hoteles en todo el mundo, incluidos dos en Gran Canaria: uno en Mogán y otro en Patalavaca. Con esta operación, este gigante turístico —también bajo control estatal— pasó a gestionar en torno a 3.000 hoteles repartidos por los cinco continentes.
Pese a que el interés chino en Canarias como enclave estratégico para su proyección en África es evidente, la relación no es unidireccional. Pekín también busca cultivar lazos políticos e institucionales con las autoridades del archipiélago. Tras la última visita de Xi, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, agradeció su disposición a «estrechar lazos económicos» con las Islas. Además, señaló que el presidente chino le invitó a visitar su país, con lo que reforzó la idea de fortalecer las relaciones económicas.
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