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Estados Unidos ha desatado una guerra comercial con el anuncio de un gravamen general mínimo del 10% para todas las importaciones, además de aranceles específicos para sus socios comerciales.
Estas nuevas tarifas se calculan con una fórmula que, en esencia, solo tiene en cuenta el déficit comercial de EE UU con sus socios. En el gráfico se compara la balanza comercial de los estadounidenses con cada uno de sus 30 principales socios comerciales en el año 2024 con la tarifa anunciada el pasado miércoles. La relación es clara.
En este gráfico se observan las particularidades de las nuevas tarifas anunciadas por Trump. China, el país con el que mayor déficit comercial tiene EE UU, es también al que mayor gravamen se le impondrá. El país asiático ya tenía unos aranceles del 20%, a los que se le suma el gravamen nuevo del 34%. México y Canadá se libran de la nueva andanada, aunque ya venían sufriendo un arancel del 25% para la mayor parte de sus exportaciones.
La Unión Europea ha sido considerada en su conjunto, y el arancel es el mismo para los Veintisiete, un 20%, independientemente de su balanza.
Las cinco reglas indemostrables para determinar los aranceles
La fórmula no sigue a rajatabla la metodología supuestamente compleja que aprobó Trump el pasado febrero cuando puso en marcha el proceso. El presidente firmó una orden que recogía cinco elementos para hallar el nivel arancelario que debía aplicar a cada país, aunque son tan amplios que cualquier arancel que se quisiese imponer era posible.
El primer elemento previsto para aplicar aranceles recíprocos era tener en cuenta los impuestos que cada país aplica en la actualidad a los productos estadounidenses. Sí que existe una relación entre los gravámenes y el anuncio de Trump en la Casa Blanca. Aunque la respuesta estadounidense ha sido mucho más contundente. Como ejemplo, Reino Unido tenía un impuesto a productos estadounidenses medio del 3,3%, según la Organización Mundial del Comercio. En la tabla mostrada por Trump en la Casa Blanca, los productos británicos pagarán ahora un 10% al pasar por la frontera estadounidense.
El segundo elemento contemplaba cualquier “impuesto injusto, discriminatorio o extraterritorial impuesto por los socios comerciales a las empresas, trabajadores y consumidores de Estados Unidos, incluyendo el impuesto sobre el valor añadido”. En la lógica del Gobierno estadounidense hay países que encarecían de manera injusta los productos estadounidenses con este tipo de impuestos, como el IVA, que Washington interpretaba sin fundamento como una barrera comercial. Pero esta lógica no parece tener que ver con los nuevos aranceles: los Estados que cuentan con impuestos más elevados son los que menores gravámenes han recibido. Por ejemplo, países como India y Japón se enfrentan un arancel similar (alrededor del 25%), pese a que el país nipón grava las compras 7 puntos porcentuales menos que los indios.
El resto de elementos son más amplios. La tercera regla refiere “barreras o medidas no arancelarias y actos, políticas o prácticas injustas o perjudiciales, incluidos los subsidios y los onerosos requisitos reglamentarios para las empresas estadounidenses que operan en otros países”. Ninguna de estas medidas son fácilmente cuantificables, ya que la Casa Blanca no ha dado pistas sobre las prácticas a las que hace referencia. Las reglas cuarta y quinta contemplaban conceptos tan amplios como manipulación de divisas, bajos salarios y cualquier otra práctica que se considere injusta o desleal.
Metodología
Los datos de la balanza comercial son datos de 2024 de la oficina del censo estadounidense. El arancel que se toma como vigente es un cálculo de la Organización Mundial del Comercio, del arancel promedio que cada país le cobra a Estados Unidos.
La cifras del IVA se toma el dato medio del impuesto de cada país del informe de la consultora PwC , los datos restantes son de Our World In Data.
La fórmula y todos los demás cálculos se hicieron con los datos publicados por la Casa Blanca el pasado miércoles. Los países incluidos en el artículo son los 30 principales socios comerciales de Estados Unidos.