Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se presentó como candidato para las elecciones prometió batir el récord de deportaciones de inmigrantes ilegales "Lo peor de cada país viene aquí [...]. Aplicaré el mayor programa de deportación de la historia de nuestro país", prometió en campaña el republicano. Pero lo que de momento está consiguiendo es infundir miedo entre los inmigrantes sin importar si están o no en situación irregular.

Es el caso de Mahmoud Khalil, un estudiante de origen sirio al que revocaron la residencia permanente, la conocida como tarjeta verde por participar en manifestaciones propalestinas. En las imágenes, llama la atención que los policías que le colocan las esposas tardan en identificarse como agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés). "¿A dónde le lleváis", preguntaba la pareja de Khalil, visiblemente agobiada por la situación, mientras graba toda la escena.

Varias personas se concentran en Newark durante el juicio a Mahmoud Khalil, quien enfrenta un juicio para su deportación. EFE/EPA/JUSTIN LANE / JUSTIN LANEAmpliarVarias personas se concentran en Newark durante el juicio a Mahmoud Khalil, quien enfrenta un juicio para su deportación. EFE/EPA/JUSTIN LANE / JUSTIN LANECerrar

Algo parecido vivió Rumeysa Ozturk, de origen turco, estudiante de doctorado en Estados Unidos. A ella le revocaron el visado después de marchar contra la matanza de Israel en Gaza. Protestas estudiantiles que la administración Trump tachan como "concentraciones violentas de corte antisemita". En el vídeo de la detención de Ozturk se aprecia cómo va caminando en plena calle y de día cuando la asalta un encapuchado y comienza a forcejear con ella. Presa del pánico, grita desesperada hasta que aparecen otros individuos con el rostro cubierto y coches sin matrícula con los cristales tintados. Sacada de contexto la escena podría parecer un asalto. De hecho, hasta que no se identifican como agentes con sus respectivas placas, la estudiante no parece entender lo que estaba sucediendo.

La prensa en Estados Unidos califica este modus operandi como un espectáculo, algo que no ha gustado a la responsable del Departamento que ha colocado Trump, Kristi Noem, quien ha asegurado que harán "todo lo necesario para proteger al país". Pero para el profesor José Antonio Gurpegui, director del Instituto Franklin, sí que es un "show mediático" e impropio, además, de una democracia como estados Unidos: "Ofende a la dignidad humana la forma en la que se están realizando estas detenciones", afirma el experto en política estadounidense.

Recién estrenado el poder en la Casa Blanca, el Ejecutivo de Trump se aventuró a ponerle cifras a las deportaciones masivas para el año 2025. "Empecemos con algo factible, un millón de deportaciones", espetó el vicepresidente JD Vance en una entrevista. Pero los datos, de momento, arrojan una realidad muy distinta: En su primer mes como presidente Trump logró deportar a poco más de 37.000 inmigrantes. Si se hace una extrapolación para este 2025 -suponiendo que se mantiene el ritmo frenético de detenciones- no se llegaría ni al medio millón de deportaciones anuales. Bastante lejos de lo que prometen el republicano y los suyos. "Las redadas y las deportaciones tienen fundamentalmente una imagen propagandística", apunta Gurpegui quien considera que este discurso con las imágenes que se muestran "van dirigidas a sus votantes".

Encapuchados, coches sin matrícula y con cristales tintados: las redadas antiinmigrantes en Estados Unidos infunden el miedo entre los extranjeros | Internacional | Cadena SER


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