Se trata de un enclave rural pero con un trazado inicial de calles ya realizado en el que Suba prevé iniciar este próximo mes de julio las obras de urbanización para la preparación de las parcelas, con un plazo de ejecución de tres meses. Desde la promotora han destacado que su apuesta por este alejado enclave se sustenta en que consideran que puede ser la punta de lanza de un nuevo barrio dormitorio para Málaga porque se encuentra «a tan solo dos minutos de los accesos» a la autopista de peaje y la autovía de Las Pedrizas.

Localización del proyecto

Recreación de una de las viviendas

que Suba prevé construir en la

zona de Arroyo Coche

Localización del proyecto

Recreación de una de las viviendas que Suba prevé construir en la zona de Arroyo Coche

Localización del proyecto

Recreación de una de

las viviendas que Suba prevé construir en la

zona de Arroyo Coche

Para Suba, esto «garantiza una conexión rápida con el centro de Málaga en menos de 25 minutos», si bien requiere recorrer la carretera comarcal que conecta Arroyo Coche con el entorno de los accesos a las autovías y hacia la localidad de Casabermeja. No obstante, desde la promotora han asegurado que puede ser «el primer paso para un nuevo modelo residencial más adaptado a las demandas actuales».

En las nuevas parcelas de Arroyo Coche ya están construidas 27 viviendas unifamiliares, la mayoría de ellas con piscina, a las que Suba pretende sumar 121 más de las que ya tiene 40 reservadas. La promotora ofrece dos opciones a los compradores. Una de ellas consiste en venderles las parcelas (desde 30.000 euros más IVA) para que ellos construyan la casa a su gusto. Y la otra es vender la vivienda ya construida, con un precio que parte desde los 319.000 euros (290.000 euros más IVA) para un chalé de tres dormitorios, dos baños, piscina y dos plazas de aparcamiento, con una superficie útil de 91,35 metros cuadrados.

Desde la promotora han argumentado que se trata de «un precio competitivo en comparación con la oferta existente en el mercado malagueño», y han explicado que estas viviendas constituyen un «banco de pruebas» para un nuevo modelo de casa «sostenible producida en serie». Se trata de un proceso de fabricación previa estudiado a raíz de la puesta en marcha hace un año de la Cátedra de Arquitectura Ambiental Avanzada Industrializada, en colaboración con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Málaga.

Suba confía en el éxito de esta promoción como «una alternativa real al contexto actual de escasez y encarecimiento del acceso a la vivienda en Málaga». No obstante, aunque la zona dispone de un colegio público, el Rafael Alberti, su principal hándicap reside en su lejanía de núcleos urbanos y las limitaciones de sus conexiones por carretera.

La alcaldesa de Almogía, Antonia García (PSOE), ha valorado este proyecto como algo positivo porque «supone que van a venir más personas a vivir a nuestro municipio». Con todo, ha admitido que si llegan muchos habitantes «de golpe» puede generar un cierto «conflicto» porque van a demandar más servicios. García ha admitido que Málaga está «imposible» para comprar o alquilar una casa por la escalada de precios y que Almogía se está convirtiendo cada vez más en una alternativa por su cercanía con la capital. Desde 2020 a 2024, esta localidad ha ganado 340 habitantes y ya suma 4.132. «Nuestro término municipal es grande, 163 kilómetros cuadrados, y estamos notando que mucha gente se está viniendo a vivir tanto al pueblo como a los diseminados», ha comentado.

La promotora Suba, que también desarrolla dos proyectos de 150 y 28 viviendas, respectivamente, en Rincón de la Victoria y otro de 87 en Estepona, está detrás del centro comercial proyectado en la zona de El Mayorazgo, en la capital, cuya construcción no ha comenzado aún; y también impulsa la actuación para crear un complejo de oficinas en el antiguo Cortijo Jurado, en el distrito de Campanillas. Según fuentes consultadas por SUR, este último proyecto está a la espera de que el Ayuntamiento responda a una última propuesta presentada por la empresa para que el uso de las oficinas sea compartido con apartamentos temporales de corta y media estancia, no turísticos, según aseguran.