El supuesto encubridor del 'crimen del fumadero' de Murcia: «Dijeron que la habían cagado» | La Verdad


A man is arrested for allegedly covering up a murder in Murcia, Spain, after the body of the victim was discovered in the suspect's apartment.
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- Ehhhh, mire usted, soy aquí del Cabezo de Torres. Aquí ... en mi casa... Se ha hecho un homicidio. Le digo la dirección...

- ¿Cómo?

-Que se ha cometido un homicidio en mi domicilio (...)

- ¿Pero cómo que un homicidio? ¿Hay alguien muerto ahí?

-Correcto (...)

- Y ¿qué es lo que ha ocurrido?

-Pues una pelea entre varios y ha terminado mal y ya está. (...) Más explicaciones... Le he dado la dirección para que vengan. Que se huele y todo ya.

Domingo 3 de agosto. José Luis M., 'El Muelas', decide revelar a la Guardia Civil el secreto que lleva dos días ocultando en su vivienda de la pedanía murciana de Cabezo de Torres: el cadáver de David Valera, 'El Lucero'. Tras 48 horas conviviendo con el cuerpo los vecinos del edificio han comenzado a percatarse de que algo huele mal al otro lado de la puerta del 2ºC. Los agentes no tardan en desplegarse por el piso y encuentran el cadáver degollado de la víctima, un murciano de 48 años, oculto en el interior de un armario.

Tras el truculento hallazgo, El Muelas no aguarda a que los guardias lo interroguen para quitarse de en medio. «Yo no he sido», remarca rotundo y comienza a desgranar una historia en la que apunta directamente a Francisco F., un vecino del Cabezo, de 30 años, que acabaría siendo detenido poco después y al que la investigación apunta como el presunto autor material del conocido como 'crimen del fumadero'.

Temor a represalias

Aunque en una primera versión, El Muelas aseguró que no estaba en la casa de Cabezo de Torres cuando se produjo la muerte, en su declaración en el juzgado mantuvo la acusación y añadió detalles de cómo Francisco acabó supuestamente con la vida de El Lucero. Sostuvo que la víctima y Francisco F. discutieron «por temas familiares, algo de los hermanos de Francisco», y que David le dijo varias veces que lo dejara en paz, pero «Francisco no lo dejaba». Que él intentó calmar las cosas, pero Francisco insistía, con un cuchillo en una mano, hasta que ambos fueron al baño. Allí, según declaró El Muelas, Francisco «lo degolló por detrás, sujetándolo con un cable o cuerda para que no pudiera defenderse». Después, según su versión, metió el cuerpo en el armario y le dijo: «Descuartízalo y deshazte del cuerpo». Una orden que, sin embargo, según sostuvo, no llegó a cumplir porque «yo no sirvo para eso».

Al ser preguntado por los agentes sobre el motivo que le había llevado a convivir dos días con el cadáver, El Muelas alegó el temor a las represalias del supuesto homicida. «Me dijo que si decía algo me iría yo también para adelante». Tras este relato, este acusado ingresó de forma provisional en la cárcel desde donde realizó un reconocimiento fotográfico de Francisco F., quien no era un desconocido para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En su historial constan hasta 14 antecedentes por diferentes delitos, entre ellos de homicidio, lesiones, amenazas y robos.

«Lo degolló por detrás, sujetándolo con un cable o cuerda para que no pudiera defenderse», sostiene El Muelas

Tras ser detenido, Francisco F. se negó a ofrecer voluntariamente una muestra de su ADN, según recoge el atestado de los investigadores de Policía Judicial de Las Torres de Cotillas al que LA VERDAD ha tenido acceso. Estos especialistas realizaron un registro en la vivienda que Francisco F. tiene en Cabezo de Torres. Allí, enterrado en un macetero tinaja que había en un patio, los agentes hallaron un cuchillo con mango de madera de hasta 17 centímetros de largo que está siendo objeto de análisis pero al que la jueza instructora apunta como presunta arma homicida.

La incautación de este cuchillo en su domicilio es uno de los indicios que la magistrada puso encima de la mesa para considerar que Francisco F. podría ser el presunto autor del homicidio de El Lucero y ordenar su ingreso provisional en la cárcel. No es, sin embargo, el único. Algunos de los testigos que la Guardia Civil ha interrogado en las semanas posteriores al crimen señalan a Francisco como la última persona con la que se vio a la víctima. La propia hermana del fallecido explicó a los agentes que algunos conocidos le habían advertido de que su hermano había estado la mañana del 31 de julio -horas antes de que se produjese el crimen- en un supermercado de Cabezo de Torres acompañado de otro hombre. La visualización de las cámaras de seguridad del comercio permitió a los agentes identificar a Francisco F. como el acompañante de El Lucero.

Francisco F., el principal acusado, se niega a ofrecer voluntariamente sus muestras de ADN, pero defiende su inocencia

«Nada tiene que ver»

En su declaración en el juzgado, Francisco, cuya defensa han asumido los abogados penalistas Jorge Novella y José Antonio Vicente García, mantuvo su inocencia y aseguró que no estaba en el piso en el momento en el que ocurrieron los hechos. Reconoció que estuvo con la víctima la mañana del 31 de julio, pero que no tenía nada en contra de David para atentar contra su vida. Manifestó, asimismo, que al analizar el cuchillo encontrado en su vivienda, se comprobará que «nada tiene que ver» con lo que se investiga.

En los últimos días la investigación del 'crimen del fumadero' ha sumado, no obstante, un nuevo detenido: otro vecino de Cabezo de Torres acusado del supuesto encubrimiento del homicidio. Este último sospechoso compareció inicialmente como testigo ante los investigadores de la Policía Judicial de Las Torres de Cotillas, pero a raíz de sus manifestaciones acabó siendo arrestado y prestando declaración como investigado. Después, quedó en libertad con cargos.

En su declaración explicó que el 1 de agosto subió a la vivienda de El Muelas para tomar cocaína y reconoció que los dos sospechosos le explicaron lo que había sucedido y que había un cuerpo en la casa, aunque sostiene que nunca llegó a verlo. «Me dijeron que la habían cagado», resumió. Tras fumarse su dosis de cocaína, explicó el supuesto encubridor, se marchó de la vivienda. Al ser interrogado sobre por qué no alertó a la Guardia Civil, este vecino alegó que tuvo miedo a posibles represalias por parte de ambos. «Los dos son violentos».

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