Argentina's economy is experiencing a significant rebound, growing 5.7% year-on-year in February 2025, according to official statistics. This growth follows two consecutive years of recession. The International Monetary Fund (IMF) projects 5.5% GDP growth for 2025, the highest in Latin America. This surge benefits President Javier Milei six months before midterm elections.
The financial intermediation sector led the growth, improving by 30.2% year-on-year. Increased credit and financial operations significantly contributed to this success. Other key sectors include fishing (28.3% growth), commerce (7.4% growth), and mining (5% growth).
Despite the overall positive numbers, growth remains uneven. Key sectors like community and social services (-2.6%), health (-0.5%), and education (0.5%) show significant lags. This uneven growth contrasts sharply with Argentina's high poverty rate (38.1%).
The government attributes the growth to a drastic reduction in public spending in 2024, although this measure negatively impacted some sectors. The government also points to a $20 billion IMF rescue package and the recent lifting of exchange rate controls as contributing factors. The economic recovery provides a boost to Milei's popularity, which had suffered setbacks due to political controversies.
Argentina's economic performance contrasts with the global economic slowdown, projected at 2.8% growth by the IMF, largely due to US trade tariffs. The IMF revised its global growth forecast downward while simultaneously improving Argentina's forecast by half a point.
La economía argentina resurge de los escombros de su última crisis económica con una fuerza que sorprende a un mundo amenazado por la guerra comercial de Donald Trump. Las estadísticas oficiales difundidas este martes muestran que la actividad económica del país sudamericano creció un 5,7% interanual en febrero y las previsiones para este 2025 son similares: el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el PIB avanzará un 5,5%, el más alto de América Latina. Crecer tras dos años consecutivos de recesión —una caída del 1,6% en 2023 y otra del 1,7% en 2024— es distinto a hacerlo de forma sostenida en el tiempo porque se parte desde una base inferior, pero el ritmo acelerado de la recuperación es una buena noticia para el Gobierno de Javier Milei a seis meses de las elecciones legislativas de medio término.
El sector que encabezó el despegue en el último año fue la intermediación financiera, con una mejora del 30,2% entre febrero de 2024 y un año después. La reactivación del crédito tras años de parálisis y las operaciones de compra-venta de divisas alentadas por la bicicleta financiera (maniobra que consiste en cambiar dólares por pesos, comprar bonos en pesos o abrir un plazo fijo y, tras las ganancias por intereses, volver a comprar más dólares que al inicio) fueron claves para el momento dorado que atraviesan bancos y empresas de servicios financieros digitales (fintech) en Argentina. La pesca, que rompió una racha negativa con un aumento del 28,3% interanual; el comercio, con un alza del 7,4%; y la minería (5%) impulsaron la actividad económica de Argentina.
Se trata, sin embargo, de un crecimiento desigual que golpea a sectores claves para el desarrollo integral de un país que tiene al 38,1% de la población en la pobreza. Los servicios comunitarios y sociales se contrajeron un 2,6%, el sector de la salud un 0,5% y la educación solo avanzó medio punto, muy por debajo del promedio nacional.
El crecimiento interanual se compara contra un 2024 marcado por un drástico recorte del gasto público que frenó en seco algunos sectores —como la construcción— y pulverizó los ingresos de jubilados y trabajadores estatales. Pero el estimador mensual de actividad económica difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) registró también un avance del 0,8% entre enero y febrero de este año, un dato celebrado por el Gobierno de Milei como un gol. El presidente exhibió estos números acompañados de insultos hacia economistas y periodistas que han puesto en duda su modelo económico en los últimos meses, apuntalado por un rescate de 20.000 millones de dólares del FMI.
Argentina navega una vez más a contracorriente del mundo: el FMI mejoró medio punto las perspectivas para la tercera economía latinoamericana en este 2025, al mismo tiempo que las empeoraba medio punto a nivel global. El organismo recortó la previsión mundial de crecimiento hasta el 2,8% por el impacto de los aranceles comerciales impuestos por Donald Trump y Estados Unidos se llevó la peor parte: estima que su economía crecerá un 1,8%, casi un punto menos de lo que esperaba a principios de año.
Hace diez días, Argentina levantó el cepo cambiario que regía para las personas físicas desde 2019 —aunque los mantuvo para las empresas— y el peso se devaluó un 11% frente al dólar el primer día, pero después comenzó a recuperar el terreno perdido hasta quedar casi al mismo valor en el que estaba: cada dólar se vende este martes a 1.120 pesos, cuando antes del cepo su valor era de 1.097 pesos. Esa estabilidad cambiaria y la recuperación económica actual suponen un balón de oxígeno para Milei tras meses de traspiés políticos y legislativos que han hecho mella en su popularidad. En la lista están una repudiada asociación de la homosexualidad con el abuso infantil, la promoción de una criptomoneda —$Libra— que resultó ser una estafa y el rechazo del Senado a los jueces de la Corte Suprema que el presidente había nombrado por decreto. Ahora la agenda vuelve a centrarse en la economía, el terreno en el que Milei se siente más cómodo y al que pretende aferrarse en la campaña electoral para las legislativas de octubre.
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