La madre de Lucía la dejó al cuidado de su cuñada para poder trabajar el sábado 3 de mayo en Las Palmas, Gran Canaria. La niña tiene tres años, habla tres idiomas y el alemán es el que más le gusta. Durante el almuerzo, Lucía dejó de hablar y se quedó en un rincón porque su tía política recibió una visita y ella se inhibe frente a los extraños. Para “desbloquearla”, la tía le puso el videoclip de una canción infantil alemana que al instante le hizo bailar e imitar los movimientos de los dibujos animados.
Lucía tarareaba la letra y miraba fijamente unos pugs (perros de origen chino) que se multiplicaban en la pantalla de una tableta mientras comían “papilla”. Los perros duplicaban su número a medida que avanzaba la canción y Lucía estaba encantada de escucharla. Como ocurre en Un pug entró en la cocina y le trajo un huevo al cocinero, en Canarias se han disparado los menores que hablan fluidamente alemán.
Este fenómeno se debe fundamentalmente a la extendida enseñanza del idioma germano en los colegios locales. Hasta el curso 2022-2023 (últimos datos disponibles), Islas Canarias era la comunidad autónoma con mayor cantidad de alumnos de infantil y primaria matriculados en la asignatura de alemán. Aragón y Madrid, las CCAA que completaban el podio, no llegaban a tener proporcionalmente ni la tercera parte de los estudiantes de alemán que Canarias. Aunque la mayoría de los territorios han ampliado la enseñanza de este idioma durante los últimos diez cursos datados, el aumento de Canarias ha sido el más abrupto, casi duplicándose.
Un padre en Canarias no tiene que recurrir estrictamente a la enseñanza privada para que su hijo estudie alemán, pues las propias autoridades locales impulsan el aprendizaje de este idioma. A principios de abril de 2025, el cabildo de Gran Canaria amplió a 500.000 euros la partida del Plan de Inmersión Lingüística para enviar a estudiantes a Irlanda y Alemania. Duplicar el presupuesto de esta iniciativa permitirá que muchos más niños puedan ejercitar en el extranjero los idiomas que han estado estudiando de forma curricular.
La madre de Lucía estuvo años meditando la educación que le daría a la niña, incluso antes de que naciera. Se decantó por el método Montessori y cada mes gasta 600 euros en un colegio privado con ese tipo de enseñanza, pero no le gusta “ponerse medallas por eso”, ya que lo hace para darle herramientas y conocimientos que ella habría querido tener de pequeña.
“Buscaba un cole que sí o sí tuviera varios idiomas”, explica Michelle Viamonte, la madre de Lucía. “Quizás no los hable de mayor, pero es una estimulación muy buena para su cerebro. Hasta yo estoy estudiando alemán para comunicarme bien con ella y porque vivimos en una isla donde hay muchísimos turistas alemanes”.
Como los alemanes siempre han sido muy influentes en Canarias, aprender su idioma es fundamental
Amén de la presencia de visitantes germanos, hay otras causas que potencian el aprendizaje del alemán en Islas Canarias. “La influencia alemana aquí es muy profunda y sostenida en el tiempo”, detalla Marta García Cabrera, historiadora e investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. “Viene desde finales del siglo XIX, pero sobre todo a raíz del inicio del XX. Desde 1910 y con la Segunda Guerra Mundial vinieron varias oleadas de migrantes alemanes. Venían buscando nuevas oportunidades económicas o por la base naval que había en Canarias. Tras el establecimiento del nazismo, muchos alemanes terminaron aquí. Todo esto no impacta solamente en la sociedad, sino también en los colegios alemanes que ya existían en Tenerife y Gran Canaria desde los años 20. Estos centros se ampliaron mucho para dar formación y cultura a los hijos de estos ciudadanos alemanes que llegaban”.
García es doctora en Historia y ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar la influencia alemana en Canarias. Como los alemanes eran muy poderosos económica y políticamente (llegaron a consolidarse células nazis durante el Gobierno de Hitler), de ahí la importancia que siempre ha existido de aprender su idioma, explica García. “Con el paso del tiempo todo esto no tributa solamente al mantenimiento de la identidad cultural de los alemanes, sino que hijos de canarios que pueden no tener ningún vínculo con la comunidad alemana aprenden su idioma para adquirir cierto nivel educativo”.
La lengua alemana no es ajena a la vida cotidiana de muchas zonas del archipiélago, sobre todo en aquellos municipios con alta densidad de residentes o visitantes germanoparlantes. Islas Canarias siempre ha sido una de las zonas de España más escogidas por los alemanes para vivir o visitar. Viamonte, por ejemplo, es barista en un local que casi a diario recibe a clientes alemanes y entiende que su hija podría estar mejor preparada con la educación que está recibiendo: “Lucía desde los dos años entiende perfectamente el español, el inglés y el alemán. Una vez fuimos de vacaciones a Tenerife y ella habló sin problemas con el camarero alemán de un sitio que visitamos. Ahí pensé: ‘Mi dinero está siendo bien invertido, merece la pena’. Ahora mismo estamos en una playa rodeadas de personas que en su mayoría son extranjeras”.
Viamonte dedica 6.000 euros a costear cada curso escolar de su hija desde que tenía un año y tres meses. Su relación con la niña cambió completamente después de la entrada al centro Montessori, momento en que empezó a dormirla solo con decirle schlafen (dormir). “Si le digo ‘duérmete’ en español no me hace caso, pero al escucharlo en alemán deja lo que esté haciendo y se echa a dormir”, explica la madre de 30 años. “Me pide canciones y cosas en alemán todo el tiempo, y si no la entiendo me pregunta por qué yo no hablo alemán”.
El caso de Lucía no es aislado. Su madre apostó por una enseñanza costosa, decisión que secundan muchos otros padres de las islas. Incluso es común acudir directamente a centros extranjeros como el Colegio Alemán de Santa Cruz de Tenerife. “Mi hija de cuatro años estudia ahí porque tenía clarísimo que era importante sumar idiomas”, explica una madre santacruceña bajo condición de anonimato. “Como también estudian música, ella ha viajado a Alemania por el tema de la orquesta que tienen en el cole. Lleva tres cursos, entró sin hablar español, tenía un atraso en el lenguaje y me preocupé cuando la vi hablar primero alemán. Pensé que me estaba equivocando y fui a ver al pediatra, pero por suerte comenzó a hablar español desde el curso pasado”.
El pediatra le dijo a esta madre que hablar primero alemán no representaba un problema para su hija. García coincide con ese criterio: “Desde una perspectiva historiográfica y cultural, no consideraría un problema que los niños canarios aprendan alemán antes que el castellano, porque al final es un reflejo de la realidad social y lingüística del archipiélago. Esto no se traducirá en una pérdida del español, más bien es una adquisición simultánea o secuencial. Si Canarias siempre ha sido un espacio diverso, no puede sorprendernos que lo siga siendo. Tenemos palabras derivadas del inglés y del alemán. Nuestra lengua termina convirtiéndose en un reflejo de nuestra propia historia. Esa tradición de aprender alemán ha traído beneficios cognitivos importantes que ya están documentados. Solo hay que asegurar que el alemán no sustituya, sino que complemente el bagaje lingüístico del menor”.
"Nuestra lengua termina convirtiéndose en un reflejo de nuestra propia historia"
Cuando García da clases en la universidad siempre insiste en no abordar la historia de Canarias como un recuento local de hechos. Trata de insertar los contenidos que imparte en un escenario atlántico y global mucho más grande. “Canarias no es un punto de separación entre continentes, sino más bien de encuentro”, explica. “Esa mezcolanza cultural es la que hace que tengamos situaciones de contexto como la del aprendizaje de alemán”.
Este diario intentó contactar al mencionado colegio de Tenerife, pero solo contestaban a preguntas en alemán porque los directivos y algunos profesores son germanos nativos. La idea era indagar en cómo lidian con el hecho de que parte de la masa estudiantil esté formada por hijos de españoles. Esa realidad se extiende a otros centros docentes de naturaleza extrajera. Islas Canarias es la cuarta comunidad autónoma con mayor porcentaje de alumnado de centros extranjeros con respecto al total de matriculados en enseñanzas no universitarias del régimen general.
“Tampoco es que me resulte muy costoso. En la clase de mi hija hay 13 o 14 niños”, explica la citada madre de 47 años. “Estaba pagando 395 euros al mes en una guardería normal, y la cuota de la etapa infantil del colegio alemán sale en 426 euros sin comedor. Es casi lo mismo, aunque las actividades extraescolares se pagan aparte y gastamos 600 euros mensuales entre todo. Yo soy funcionaria y mi marido también trabaja, no es que nos sobre el dinero, pero prefiero dedicarlo a esto. Lo único que lamento del colegio es que no hacen descuento por matricular a un segundo hijo de los mismos padres”.
A esta familia no le tomó mucho tiempo escoger el colegio alemán, porque querían que su hija se preparara específicamente en ese idioma y tuviese la oportunidad de viajar al país germano. Quieren que su hija sea una mujer “bastante independiente”, para que escoja dónde quiere “hacer su vida” y trabajar: “Todo lo que es ciencias e ingeniería está muy potenciado en Alemania, pero no pasa nada si la niña después elige ser peluquera y no seguir estudiando. Intento darle lo mejor para su futuro. Conozco a personas que han estudiado en este cole y gracias a eso hoy trabajan o viven fuera de las islas”.
"Mi hija se debate entre ser azafata o profesora, y para ambas cosas le vale tener idiomas"
Conscientes de las limitaciones profesionales que puede hallar un canario desde el punto de vista profesional dentro del archipiélago, todos los padres consultados por este diario concuerdan en que estudiar alemán empodera a sus hijos. “Aprender este idioma aquí es prioritario por dos motivos”, subraya García. “Primero porque te da la posibilidad de salir de las islas para, por ejemplo, ejercer como ingeniero o sanitario en otros sitios. También es fundamental para trabajar en la zona del sur de la isla (Gran Canaria), donde se concentra el turismo y siempre se necesita a gente que pueda tratar con alemanes. El alemán aquí es clave para acceder a determinados puestos y luego ascender”.
Otra madre de Santa Cruz de Tenerife que prefiere mantener el anonimato encontró un colegio concertado que también ofrece alemán como segunda lengua. A pesar de que su hija de 14 años solo cursa dos horas de esa asignatura a la semana, ha dominado completamente el idioma porque lo estudia desde cuarto de primaria. “El colegio quiere empezar a dar alemán incluso antes, en tercero de primaria, es una idea que llevan barajando desde hace tiempo”, explica la mujer de 42 años. “Viviendo en Canarias los idiomas son fundamentales, porque es lo que más piden a la hora de buscar trabajo. Ella, de momento, se debate entre ser azafata o profesora, y para ambas cosas le vale tener idiomas. Podemos mantener el colegio porque como es concertado solo nos cuesta 100 euros al mes sin comedor”.
Israel Pérez lleva casi tres años viviendo en Morro Jable, una localidad turística del municipio Pájara, al sur de Fuerteventura. Como la mayoría de ese tiempo ha trabajado en un hotel alemán (los dueños, los clientes y parte de los trabajadores son alemanes), hace un par de meses comenzó a dar los primeros pasos para aprender el idioma.
“En mi trabajo empezaron a dar clases de alemán para todos los que no lo hablamos”, explica el joven de 28 años. “Los cursos son gratis y se imparten en el mismo hotel. El objetivo es que pueda trabajar con más facilidad al hablar el mismo idioma de la mayoría de los clientes. No es obligatorio, pero me apunté porque me será útil. Al final muchas de las cosas grandes que se han hecho en este pueblo fueron gracias a los alemanes”.
"Muchas de las cosas grandes que se han hecho en este pueblo fueron gracias a los alemanes"
Pérez hace referencia a la enorme influencia alemana que existe en toda la península de Jandía, el tramo sur de Fuerteventura que perteneció a un ingeniero alemán durante parte del siglo XX. De hecho, el excanciller alemán Willy Brandt visitó varias veces Fuerteventura y sus viajes fueron determinantes para fomentar el turismo de sus compatriotas hacia esa isla.
“Lo más importante es que la relación entre Canarias y Alemania ha sido estable y muy intensa”, concluye García. “Eso provoca que se consoliden comunidades germanas aquí, a pesar de que han ocurrido guerras, crisis económicas, regímenes totalitarios o transformaciones sociales que se han traducido en reducciones o idas y venidas de parte de la comunidad. Ha habido una integración plena con matrimonios mixtos y descendencia de doble nacionalidad, cosa que no ha pasado con otras comunidades extranjeras en Canarias. En la medida que se refuerzan esos lazos turísticos, educativos y lingüísticos, el idioma se convierte en una herramienta de integración social. Dado todo este transfondo, no solo es probable que el interés por el alemán se mantenga, sino que crezca”.
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