The article details the mounting opposition to Donald Trump's imposition of widespread tariffs, particularly from unexpected quarters. Elon Musk, despite not being a government official, criticized the tariffs, highlighting the negative impact on Tesla's stock value. Several Republican senators, including influential figures like Ted Cruz and Mitch McConnell, also voiced concerns, arguing that the tariffs would negatively affect their constituents and hurt the economy.
The senators' opposition is driven by both economic and political calculations. The economic slowdown and potential inflation resulting from the tariffs could severely damage their re-election prospects. Economists even pointed out mathematical errors in the tariff calculations, leading to excessively high rates.
A bipartisan effort in the Senate aims to limit the President's power to impose tariffs without Congressional oversight, showcasing the level of concern across the political spectrum. While the House of Representatives shows less dissent, a few Republican representatives have also started voicing opposition, although their efforts might be futile.
The responses to the situation have been varied. Trump's trade advisor Peter Navarro dismissed Musk's concerns, suggesting he lacked understanding of international trade practices. Meanwhile, the American Enterprise Institute highlighted errors in the tariff calculations, implying intentional overestimation.
Musk, notably, advocated for a zero-tariff zone between Europe and the United States, furthering the criticism of the existing policy. This position, stated publicly, adds weight to the growing pressure against the tariffs.
Las críticas de Elon Musk al principal asesor comercial de la Administración republicana y arquitecto de la revolución arancelaria, así como la oposición de más de una docena de legisladores republicanos a los gravámenes, empañan la satisfacción del presidente Donald Trump por haber declarado la mayor guerra comercial en décadas. A Musk, que teóricamente no es miembro del Gobierno, le duelen especialmente los 18.000 millones de dólares perdidos en acciones de Tesla en dos días por la caída de las Bolsas. Este sábado apuntó que lo ideal sería una zona de aranceles cero entre Estados Unidos y la Unión Europea. Por su parte, los legisladores, entre ellos los senadores Ted Cruz o Mitch McConnell, son conscientes de que la desaceleración económica que puede seguir a la andanada, con el fantasma de la inflación en primer plano y el de la recesión detrás, golpeará especialmente a sus votantes y que serán ellos quienes paguen la factura en las urnas.
Ya sea por el agujero en el bolsillo o por cálculo político, el tímido frente de oposición a la ofensiva arancelaria se abre paso. Musk respondió en la madrugada del sábado a varios usuarios de su red social X (antes Twitter) que habían ensalzado a Peter Navarro como experto en la materia. “Un doctorado en Economía por Harvard es algo malo, no bueno”, escribió el magnate sobre la titulación del principal asesor comercial de Trump. En respuesta a otro internauta, que ponderaba los logros del experto, contestó: “[Navarro] No ha construido una mierda”. En la tarde del sábado, en una intervención en vídeo en un acto de la ultraderechista Liga italiana, fue más allá al apostar por la caída de las barreras comerciales. “Tanto Europa como Estados Unidos deberían pasar, idealmente, en mi opinión, a una situación de arancel cero, creando efectivamente una zona de libre comercio entre Europa y Norteamérica”, dijo Musk.
Musk says US should move to “zero tariffs situation situation”
“I hope it is agreed that both Europe and the United States should move, ideally, in my view, to a zero tariff situation…creating a free trade zone
“That has certainly been my advice to the President.” pic.twitter.com/jeUv73mKi7
— Will Steakin (@wsteaks) April 5, 2025
Navarro ha estado omnipresente en la televisión a lo largo de la semana pasada, defendiendo el programa arancelario de Trump y pregonando unos posibles 600.000 millones de dólares en nuevos ingresos anuales. El asesor ha minimizado este domingo las críticas de Musk al afirmar que el magnate “no entiende” la mecánica de otros países que engañan a EE UU comercialmente, con altas barreras y dumping de productos baratos, y que, como es lógico, “simplemente está protegiendo sus intereses, como haría cualquier empresario”, ha dicho en declaraciones a la cadena Fox.”[Musk] Tiene X, tiene un gran micrófono, no nos importa que diga lo que quiera”, ha añadido Navarro.
El cálculo de riesgos políticos sustenta también el incipiente debate sobre la medida estrella de la agenda económica de la Casa Blanca (falta por concretar la anunciada bajada de impuestos, probablemente en verano). Después de que el miércoles el Senado aprobara una resolución que frustraría la capacidad del presidente de imponer nuevos aranceles a Canadá, Trump arremetió contra los cuatro republicanos que se sumaron a los demócratas en la iniciativa. En un post en Truth Social, escribió: “A la gente de los Grandes Estados de Kentucky, Alaska y Maine: por favor, pónganse en contacto con estos senadores y hagan que FINALMENTE se adhieran a los Valores e Ideales Republicanos. Han sido extremadamente difíciles de tratar e, increíblemente desleales con el trabajador Líder de la Mayoría [republicana en el Senado] John Thune, y con el propio Partido Republicano”.
El proyecto de ley, impulsado por los demócratas para poner fin a la emergencia nacional declarada por Trump el 22 de enero por la entrada de fentanilo desde México, Canadá y China —y a la que el mandatario vincula la imposición de aranceles—, probablemente acabe su andadura en la Cámara de Representantes, pero la rebelión es indicio del temor a las consecuencias reales de la tormenta arancelaria. A esos cuatro rebeldes —Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitch McConnell and Rand Paul—, se unió un día después en declaraciones a Fox Business Ted Cruz, senador por Texas, un estado cuyo PIB depende mucho del comercio exterior. “Los aranceles son un impuesto a los consumidores, y yo no soy partidario de aumentar los impuestos a los consumidores estadounidenses”, dijo el jueves. “Así que mi esperanza es que estos aranceles sean de corta duración y sirvan como palanca para reducir los aranceles en todo el mundo”.
El veterano McConnell —que se ha enfrentado públicamente a Robert Kennedy, secretario de Salud, en defensa de las vacunas—, ha sido el más elocuente en las críticas a la guerra comercial de Trump. “En un momento en que los estadounidenses se están apretando el cinturón, haríamos bien en evitar políticas que aumenten el dolor. Deberíamos fortalecer nuestras amistades en el extranjero y reforzar a nuestros aliados como pilares de la prosperidad y la seguridad estadounidenses”, declaró el que durante años fuera líder de la bancada republicana en el Senado.
Chuck Grassley, senador por Iowa, ha llegado incluso a copatrocinar una ley bipartidista impulsada por la demócrata Maria Cantwell que limitaría el poder del presidente para imponer y promulgar aranceles y daría al Congreso más control al respecto. El borrador establece que, en un plazo de 48 horas tras imponer o aumentar un arancel, el presidente debe explicar al Congreso las razones para hacerlo y presentar “una evaluación del impacto potencial sobre las empresas y los consumidores de Estados Unidos”. Grassley vela también por sus votantes, dependientes en buena parte de la manufactura y la agricultura.
Otros senadores como Thom Tillis, de Carolina del Norte, han apoyado la iniciativa bipartidista suscrita por Grassley por el bien de sus electores. “Cualquiera que diga que puede haber un poco de dolor antes de que hagamos las cosas bien necesita hablar con mis agricultores, que están a una cosecha de la bancarrota”, declaró Tillis a la CNN. “No tienen tiempo que perder, así que debemos ser especialmente nítidos en la aplicación [de los aranceles] o podríamos causarles un daño irreparable”.
Curiosamente, todas las voces críticas proceden de la Cámara alta, mientras que casi ningún republicano de la Cámara de Representantes, que están mucho más alineados con el presidente que sus homólogos del Senado, se ha pronunciado en contra de los aranceles. Hasta el viernes por la noche, cuando rompió el hielo Don Bacon, de Nebraska, al anunciar que presentará un proyecto de ley complementario al proyecto de ley bipartidista del Senado para frenar los poderes arancelarios de Trump y devolver al Congreso esa autoridad. Como probablemente sucederá con este último, el proyecto de Bacon naufragará en la Cámara.
Para acabar de caldear el ambiente, economistas del American Enterprise Institute, un centro de estudios conservador, han desvelado que la fórmula utilizada por la Administración republicana para imponer aranceles recíprocos contiene un grave error matemático que infla excesivamente el impacto en aproximadamente uno de cada cuatro casos. Según los expertos, el error ha provocado tasas arancelarias mucho más elevadas para lograr los objetivos que pretende la Administración.
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