Los colegios vascos reciben 30 nuevos alumnos extranjeros cada día | El Correo


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Key Challenges

Euskadi's schools are experiencing a rapid increase in the number of immigrant students, with approximately 30 new foreign students enrolling daily. This influx presents various challenges, including language barriers (many students don't speak Spanish or Basque), socio-economic disadvantages, and pre-existing academic gaps due to factors such as the pandemic's impact on education in their home countries. The distribution of these students is uneven across public and private schools.

Distribution Among School Types

Last year (2022-2023), about 57% of new immigrant students were placed in public schools and 43% in private schools in Bizkaia. Within the private sector, Catholic schools enrolled a significant majority (70%). Public schools accommodate most of the immigrant students in primary and infant education, whereas private schools enroll more in secondary education.

Language and Academic Support

Many students lack proficiency in Spanish or Basque, further hindering their academic progress. Language support programs exist but are often insufficient. The article highlights the difficulties faced by teachers in addressing the diverse needs of these students, particularly in the context of the Basque-language immersion model (Modelo D) classes. Many students require significant academic catch-up, and this frequently leads to students not completing their ESO (secondary school) qualifications.

Integration and Support Systems

The article emphasizes the need for comprehensive support systems to help these students succeed. These include improved language support, adapted curriculum materials, increased engagement with families (many of whom face significant social and economic disadvantages), and possibly the expansion of the diversification curriculum in secondary education. School administrators, teachers, and parents are all trying to navigate these challenges.

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Cada vez llegan más estudiantes a Euskadi a mitad de curso. Es lo que se conoce como 'matrícula viva'. Tras la pandemia, este flujo ... incesante crece sin parar. En el curso 2021/22 las aulas vascas acogieron 5.782 nuevos alumnos; en 2022/23 fueron 6.461; y 7.881 en 2023/24. Este año escolar, sólo hasta marzo, ya son 8.000, según expuso la consejera Begoña Pedrosa en el Parlamento. La gestión de la diversidad es una de las prioridades del departamento. Entre el 70 y el 75% de estos nuevos alumnos son de origen extranjero, lo que significa que unos 6.000 de los recién llegados este curso son inmigrantes. Son 30 al día.

Según los datos de la comisión de escolarización de Bizkaia, el año pasado –las cifras de este curso aún no están disponibles– el 57% fueron derivados por el departamento a la red pública y el 43%, a la concertada. Dentro de esta última, a su vez, existen grandes diferencias. Los colegios católicos acogen a siete de cada diez (el 30% del total). Los centros de Ikastolen Elkartea, la segunda patronal por tamaño, al 4,5%.

Hay más matices. El 77% de los niños recién llegados de Infantil y Primaria van a la pública. En cambio, en Secundaria la mayoría (el 60%) se derivan a la concertada. Y, pese a que Educación introdujo hace ya dos cursos la reserva de plazas para vulnerables, el reparto dista mucho de ser equilibrado. Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, el curso pasado 68 centros de Bizkaia acogieron a la mitad de los nuevos escolares. El otro 50% se repartió entre 255 colegios.

El reto de integrar y educar a estos alumnos es formidable. Son estudiantes con un bajo índice socioeconómico y cultural, lo que condiciona su desempeño académico. Algunos llegan sin escolarizar o de países donde los colegios cerraron durante dos años por la pandemia. Es decir, que al duelo migratorio se suma una mochila académica que en ocasiones pesa demasiado.

Y luego está la barrera del idioma. Muchos no saben castellano –los latinoamericanos sólo constituyen el 38% del total de alumnos extranjeros–, pero desde luego ninguno entiende euskera, idioma en el que se matriculan el 35% de estos nuevos estudiantes en ESO y el 78% en Infantil y Primaria. «Los alumnos que recibimos necesitarían refuerzo en castellano, así que imagínate cuando les metes en un aula de modelo D», explica una profesora de un centro concertado de la Margen Izquierda. «Hacemos malabares porque tampoco puedes dejar de lado al resto para atenderles a ellos».

Refuerzo lingüístico

Hay ayudas. Los programas de refuerzo lingüístico consisten, básicamente, en sacar a los alumnos extranjeros del aula ordinaria durante unas horas a la semana para que, en grupos pequeños, vayan poco a poco familiarizándose con el euskera. Si bien tienen beneficios a nivel socioemocional porque les ayudan en su integración, la competencia que adquieren en lengua vasca es muy pobre. Según el Consejo Escolar de Euskadi, de los 503 alumnos que han participado en el proyecto Eusle de inmersión lingüística, apenas 79 han acreditado un A2 cuando llegan a 2º de ESO.

En cuanto a los profesores de refuerzo lingüístico, se asignan a los colegios en septiembre. «Pero si durante el curso nos llegan 15 o 16 alumnos más, como nos ha pasado este año, ¿qué hacemos?», se lamenta la directora de un centro del Gran Bilbao con alumnado latinoamericano, magrebí, de Siria, Pakistán... «Es imposible atenderles como se merecen». Muchos están exentos de euskera y no se les evalúa de esta asignatura. «Pero si luego tienen inguru, natur zientziak o erlijioa, ¿qué sentido tiene?», apunta una profesora de modelo D. «Si llegan pequeñitos podemos trabajar con ellos, pero si se incorporan a partir de 4º o 5º de Primaria... Es muy complicado que acaben la escolarización con sus compañeros. Y no digamos si llegan de adolescentes», dice.

«Este curso nos han venido tres nuevos alumnos en 4º de ESO, los hemos metido en clase con otros dos que llegaron el curso pasado. Todos son latinoamericanos», explica la jefa de estudios de un centro público de Bilbao. De los 25 alumnos, cinco, por tanto, son inmigrantes. «Es inevitable que acabes hablando algo en castellano para que se enteren, y eso ha provocado algunas quejas de familias euskaldunes», abunda esta docente, que imparte Matemáticas. Cuenta que para los alumnos inmigrantes ha preparado dosieres «con un nivel de tres o cuatro cursos menos que el resto». ¿Y qué futuro les espera a esos jóvenes? «Nunca van a poder sacar la ESO, así que les desviamos a la FP Inicial», responde esta profesional.

Seguimiento y apoyo

Carlos Urio, jefe de estudios y orientador en el colegio concertado Alazne, de Cruces, también conoce lo que es trabajar con estos alumnos. A su juicio, la clave en Primaria es organizar grupos tras las clases para que los chavales reciban refuerzos, puedan estudiar, se les supervisen las tareas... «Muchos no tienen un seguimiento en casa ni un apoyo educativo, que son factores muy vinculados al fracaso escolar», señala.

En Secundaria, Urio aboga por potenciar el programa de diversificación curricular. El alumnado con más dificultades trabaja en grupos pequeños, a su ritmo, con material adaptado en las asignaturas con mayor carga cognitiva como Matemáticas, Lengua, Ciencias... El problema es que diversificación curricular sólo se aplica en 3º y 4º de ESO. Urio apuesta por adelantarlo a 2º y que Educación lo autorice todos los años, algo que no siempre sucede. Su experiencia con estos grupos es muy positiva. «Sacan adelante el curso y acaban con una gran autoestima», explica. Muchos terminan en la FP. «Si consigues que adquieran una disciplina y les inculcas buenos hábitos, luego les va bien».

La integración de las familias es otro gran reto. «Por desconocimiento, porque no están cómodas o por motivos económicos, nos cuesta que se acerquen. Hay un abismo social», explica Ainhoa Riesco, miembro de la junta del ampa del colegio público Iruarteta de Bilbao. Pese a haber tenido problemas de convivencia con un alumno, la comunidad escolar hace esfuerzos por tender puentes. Ejemplo de ello es que el año pasado organizaron la fiesta de la diversidad cultural. «Fue súper bien y nos dimos cuenta de la cantidad de nacionalidades que tenemos en el colegio», celebra Ainhoa Riesco..

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