Córdoba/Después de que el Cajasur Córdoba BM viera cortado su anhelo de regresar a la División de Honor Plata el pasado fin de semana, el balonmano cordobés seguirá siendo protagonista en el tramo final de la temporada, cuando los cambios de categoría están en juego. Esta vez, lo será desde un punto de vista diferente, pues los que tienen mucho en juego son los árbitros Alberto Murillo y Pablo García, que han sido designados para pitar una de las semifinales de la fase de ascenso a la Liga Asobal, en una cita que puede confirmar de una vez por todas su salto al arbitraje de la máxima categoría del balonmano español.

Para Alberto Murillo, realmente, el posible ascenso a la Liga Asobal sería en realidad una vuelta a una categoría en la que lleva acumulando experiencia desde hace más de una década. A finales del año pasado, el cordobés cumplió diez años dirigiendo partidos de la élite nacional, aunque su trayectoria vivió un punto de inflexión hace dos temporadas, cuando cambió de pareja arbitral después de que el almeriense Sebastián Fernández -su compañero en el arbitraje durante años- diera el salto a presidente de la Federación Andaluza de Balonmano.

Alberto Murillo, árbitro cordobés de balonmano, en un partido de la presente temporada.

Desde entonces, Murillo pita junto a Pablo García, otro árbitro cordobés que está entre los más destacados de la División de Honor Plata. Aunque de manera puntual ha sido designado para partidos de la élite y hasta de competiciones femeninas, la segunda categoría ha sido la habitual para Alberto Murillo este curso, aunque siempre con la idea de un ascenso a corto plazo. De hecho, la pareja arbitral cordobesa ha vivido esta temporada como una reválida definitiva para dar el salto a la Liga Asobal. Y el momento de la verdad es ahora, en la fase de ascenso a la máxima categoría, que tendrá lugar en el imponente Quijote Arena de Ciudad Real.

En dicho escenario, Alberto Murillo y Pablo García se harán cargo del arbitraje en la segunda semifinal, que enfrentará al San Pablo Burgos y al Sinfín Santander. En la primera medirán sus fuerzas el Caserío Ciudad Real y el Fertiberia Puerto Sagunto. Para Murillo y García, un arbitraje a la altura de las circunstancias podría suponer esa confirmación de que la próxima temporada pasan a ser árbitros de Liga Asobal de pleno derecho.

Pablo García, árbitro cordobés de balonmano, en un partido de la presente temporada.

Alberto Murillo y Pablo García son la punta de lanza del arbitraje cordobés en balonmano, después de unos años en los que Córdoba pudo presumir de tener a dos de sus árbitros en la Liga Asobal, cuando el propio Alberto Murillo coincidió con el baenense Roberto Mendoza, ya retirado. Ambos desarrollaron su labor con diferentes parejas, pero de manera paralela.