Los métodos invisibles de los ladrones de casas para robar en verano: del 'impresioning' al ácido


Spanish police detail sophisticated methods used by thieves targeting empty homes during summer vacation, including 'impresioning' and acid.
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Imagine marcharse hoy de vacaciones, ya saben, persianas bajadas, llave echada y toda la liturgia que acompaña a unos días de ausencia en la casa. Mantenga la imaginación activa y visualice ahora que durante su merecido descanso estival, un par de personas entran en su ... hogar, sin hacer ruido ni forzar la puerta de entrada. Un robo limpio, rápido y con las mismas vueltas que usted dio a la cerradura antes de irse. Difícil de digerir, ¿verdad? Pues estos métodos, cada vez más sofisticados, son a los que se enfrentan los grupos especializados de la Policía Nacional, conscientes de que los meses veraniegos, y en general cualquier periodo de asueto, son el principal escaparate de este tipo de ladrones. Bandas itinerantes que llegan, roban y se largan; un 'modus operandi' que complica sobremanera su detención.

Por ello, los investigadores de la Sección de delincuencia itinerante de la UDEV Central y los del Grupo XI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid celebran su último éxito: dos georgianos detenidos y una treintena de robos probados. Su radio de acción era toda la ciudad, sin distinciones de barrios ni zonas de mayor o menor poder adquisitivo, simplemente, golpes en pisos que comprueban de antemano que estén vacíos. «Realizan barridos de manera aleatoria, no hay una distinción social ni urbana, lo que buscan son moradas en ciudades que en verano se vacían», explica a ABC el inspector jefe Álvaro Álvarez, al frente de la citada unidad de la UDEV Central.

Los dos individuos actuaban siempre de madrugada, llegando en ocasiones a irrumpir en varios domicilios de un mismo bloque. Fue hace dos meses cuando se dieron los primeros pasos de una investigación que culminó días atrás en Chamartín, donde los pillaron con las manos en la masa. Allí, los agentes observaron a sus objetivos entrar y salir de varios portales en apenas minutos. Pero no solo eso. Comprobaron también que estos no paraban de abrir y cerrar el capó del vehículo en el que se desplazaban, sacando y metiendo diferentes objetos. Tras ponerles los grilletes (no sin dificultades, al oponer estos una fuerte resistencia y dejar dos policías heridos), descubrieron que en un compartimento anexo a la batería del turismo había una bolsa con diversos útiles para robar y gran cantidad de joyas ocultas en un calcetín.

Entre su extenso abanico de herramientas contaban con ganzúas, láminas de plástico para acceder a los portales por el método del resbalón y hasta una lima eléctrica para pulir las llaves recién creadas con la técnica del 'impresioning'. Que no es otra cosa que colocar una lámina de aluminio deformable en una llave maestra decodificadora, para que al introducirla poco a poco replique las muescas del bombín y obtener así una copia al momento. «Para entrar en un domicilio hacen falta conocimientos de cerrajería, no vale con ir a una ferretería y comprar los productos», apunta el inspector jefe Álvarez, con la experiencia suficiente para saber que estos malhechores necesitan hacer siempre un estudio previo para entrar. «Buscan no entrar cuando hay gente en las viviendas, ese escalón tratan de evitarlo», añade.

Una ejecución silenciosa que llegaba dos o tres días después de colocar los correspondientes cebos, los más frecuentes, trozos de plástico e hilos de plástico entre la puerta y el marco. Los arrestados, que ya han ingresado en prisión provisional tras ser acusados de 30 delitos de robo con fuerza en casa habitada, almacenaban un elevado número de relojes de alta gama, monedas antiguas y múltiples joyas. Estos objetos ya han sido devueltos a sus legítimos dueños, poniendo el broche a una operación coordinada por la Comisaría General de Policía Judicial.

Esta llega después de las dos registradas a principios del mes de junio, en las que otros cuatro sujetos fueron apresados tras cometer varios robos en Fuenlabrada, también con el llamado 'impresioning'. En la primera de ellas, los investigadores constataron que uno de los encartados llevaba a cabo vigilancias discretas en las inmediaciones de las moradas para asegurarse de que estuvieran vacías. Su discreción era tal, que acudía a estas casas en transporte público. Y en la segunda, un grupo de tres malhechores, ataviados con chalecos y una caja de cartón para simular ser repartidores al acceder a los portales, fue interceptado en la misma localidad. Estos últimos, en lugar de utilizar el metrobús, optaron por alquilar vehículos en los aledaños de las zonas donde iban a perpetrar los saqueos.

Si los encargados de atrapar a estos delincuentes deben adaptarse a las nuevas técnicas es, precisamente, por la diversidad de las mismas que impera en el mundillo del hampa. Sin ir más lejos, el último truco llegado a España es el uso de ácido corrosivo de gran pureza. A través de una jeringuilla, advierten los expertos, lo introducen en las cerraduras disolviendo de inmediato el metal del bombín.

Binomios de trabajo

Sea con un método u otro, estos grupos, procedentes de Europa del Este, actúan casi siempre en parejas de trabajo, con viajes que suelen durar entre dos y tres meses, y desplazándose por carretera desde sus lugares de origen. Lo normal es que empleen coches de alquiler para dificultar el rastreo y que abandonen el país al terminar su particular campaña, antes de vencer el período de regulación de la estancia.

Aunque suene a tópico, las puertas y cerraduras antiguas siguen siendo uno de los principales blancos, por lo que llevar a cabo una inversión de seguridad puede marcar la diferencia. Instalar cerraduras 'antibumping' y antitaladro son dos de las opciones para retrasar el tiempo previsto por los rateros. Las alarmas o cámaras tampoco están de más. Y en los portales, la primera barrera que poseen las comunidades es incorporar pestillos cuadrados, lo que imposibilita su apertura con el resbalón.

Con todo, para evitar sustos innecesarios es importante seguir los consejos que marcan las autoridades: no dejar indicios de la ausencia en el piso, como el buzón lleno o las persianas bajadas por completo; guardar discreción en redes sociales y no publicar el destino de verano ni el tiempo de permanencia; y revisar las puertas del edificio en busca de pequeñas láminas de plástico, hilos de silicona o cualquier otro objeto que no cuadre con el punto del hallazgo. Si al volver un residente observa la puerta abierta o forzada la cerradura, es primordial no entrar ni tocar nada y avisar a la Policía Nacional. Una llamada que también se debe realizar si un vecino escucha ruidos extraños o se percata de la presencia de una persona sospechosa en el rellano mientras estamos de vacaciones.

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