En el palacio de La Moncloa dicen que asisten con "perplejidad" a la petición de elecciones reiterada a los cuatro vientos por el Partido Popular, pero la realidad es que el estado de nervios es creciente ante las dificultades de todo tipo que se pueden leer día sí y día también en las portadas de los periódicos. Por eso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado una orden a su equipo: "resistencia total" para seguir adelante con su plan de gobierno y agotar la legislatura.

Entre sus colaboradores se utiliza un término para describir la nueva situación en la que se encuentran: "el búnker". La idea es no ceder ni un milímetro y plantar cara al inmenso ruido mediático provocado por los escándalos judiciales que estrechan el cerco sobre la Presidencia del Gobierno y sobre el Partido Socialista, tal y como admiten desde el entorno del presidente.

No en vano, el mismo jefe del Ejecutivo no responde a una pregunta de los periodistas desde el pasado 29 de abril, cuando ofreció una rueda de prensa sobre el apagón que fundió en negro la península el día anterior. Desde entonces, la actualidad ha estado marcada por el caos ferroviario, el escándalo de los whatsapps y, muy especialmente, el caso fontanera; pero el presidente se mantiene al margen, en el búnker.

Señales preocupantes en la empresa

En La Moncloa preocupa la paulatina pérdida de la iniciativa política y del control de la agenda mediática, razón por la que hay rumores crecientes sobre la posibilidad de que Sánchez pueda afrontar una crisis de gobierno o montar algún tipo de cónclave del PSOE para reforzar el mensaje interno y desviar la atención mediática, que hoy sólo se centra en Leire Díez y en el papel que ha jugado en todo este episodio el secretario de Organización, Santos Cerdán. Como ya publicó El Confidencial, en el partido hay un enorme vértigo no solo por la fontanera, sino por cómo se ha abordado el asunto desde la dirección del partido.

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También preocupan dos señales que han llegado desde el ámbito empresarial, un mundo al que el presidente ha dedicado tiempo, especialmente esta legislatura, y en el que ha hecho sonadas declaraciones de fuerza. La principal, en dos fases: la entrada en el accionariado de Telefónica con un 10% y la sorpresiva sustitución de José María Álvarez-Pallete por Marc Murtra, a quien el Gobierno ya designó para presidir Indra entre 2021 y 2025.

La primera señal negativa que preocupa en Moncloa es la batalla desatada con Prisa y la revolución que ha puesto en marcha su presidente y máximo accionista, Joseph Oughourlian, que entre otras destituciones relevantes ha alcanzado a las directoras de El País, Pepa Bueno, y de la Cadena Ser, Montse Domínguez. La segunda fue la repentina destitución de Ángel Simón como consejero delegado de Criteria Caixa, el holding inversor de la Fundación "la Caixa", tras solo catorce meses en el cargo (y con una indemnización que supera los diez millones de euros).

Los síntomas de nerviosismo son diversos. La última muestra es el mensaje publicado este viernes por el ministro Óscar Puente —que está de baja por paternidad— atacando a Eduardo Madina por que se atrevió a afirmar que "no había un Aldama en el ciclo de Zapatero" y que "no había ninguna Leire Díez con Rubalcaba". El titular de Transportes no tardó en señalarlo e incorporarlo al "cuarteto de los resentidos". En el PSOE de Sánchez no es que no quepa la discrepancia interna, es que tampoco cabe Madina. Más "búnker".

Opinión

A pesar de todo, oficialmente en La Moncloa tratan de transmitir que "el ambiente está bien". "Es que no te queda más remedio que tomártelo a cachondeo. Yo entiendo que cada uno tiene un punto de vista, pero para nosotros es todo irreal y, en tanto que irreal, pues ya se cansará la gente de contar una película de ciencia ficción", explican a este periódico antes de negar la mayor: ni el empresario Javier Pérez Dolset ni "esta señora" (por Leire Díez), "son fontaneros del PSOE". Es más, consideran que el hecho de "que tenga el carné del PSOE es absolutamente intrascendente".

Y aquí surge una teoría que ofrece Moncloa y que permite entender cómo funciona argumentalmente el búnker: "Es notorio que los grandes grupos mediáticos de este país han decidido que es noticia una asociación de presuntas víctimas de lawfare en España muy vinculadas a la onda expansiva de Villarejo. Por razones que no podemos entender, hay claramente una intención de que parezca que el Gobierno está detrás de esta gente, lo cual es una chaladura monumental para justificar algo que cualquiera que se dedique a esto sabe que es mentira, que es que esta gente es una especie de policía paramilitar que trabaja para desacreditar a la UCO porque hay que evitar que la UCO investigue, y cito textualmente al PP, los asuntos de corrupción vinculados al Gobierno". Según el criterio de Moncloa, los medios han decidido "ignorar que todo eso es mentira y hacer tertulias al gusto".

Otro aspecto es cómo entienden en el cuartel general de Pedro Sánchez la oposición del PP, que ayer exigió elecciones en una multitudinaria manifestación bajo el lema "Democracia". "No sé si ellos son conscientes de que mienten o ya se han creído su propia mentira", afirman en Moncloa, antes de enviar un mensaje al líder de la oposición: "Para que tú puedas hacer caer a un Gobierno tienes que cimentar todo tu escándalo en alguna verdad. Incluso dando por buenos todos los titulares publicados por El Confidencial, El Español y El Mundo en los dos últimos años, ¿cuál es la corrupción del Gobierno?".

"Si no frena, lo que va a conseguir el PP es transmitir falta de confianza en las instituciones. Y va a gobernar Vox, no ellos"

En el cuartel general de Pedro Sánchez sólo dan recorrido al caso Ábalos, pero aclarando desde el primer momento que "José Luis fue apartado de los círculos de poder antes de que se tuviera constancia de ello y también suspendido de militancia en el momento. Y lamentamos profundamente que personajes de esa calaña, especialmente Aldama, estuvieran por ahí, terrible", aseguran.

En cuanto al procedimiento que mantiene investigada a la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, en Moncloa resumen con ironía que "le cogió el teléfono a un empresario para que le trasladara que su empresa estaba en quiebra, algo que ya sabía el Gobierno; y que participaba de cátedras donde ya estaba seis años antes de que su marido fuera presidente, cobrando más o menos el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)".

Sobre la causa que está a punto de sentar en el banquillo al fiscal general, Álvaro García Ortiz, en el cuartel general de Sánchez entienden que la mayor acusación es que supuestamente "filtró un correo electrónico para malmeter contra el Partido Popular". Por último, en el asunto que afecta al hermano del presidente, David Sánchez, entienden que todo es que "fue avisado de una plaza lejos de su casa para la que estaba sobrecualificado y que le asignaron antes de que el presidente fuera presidente del Gobierno".

La "irresponsabilidad" del PP

"¿Eso es lo que hace que el PP saque a España a la calle el domingo, hable de mafia y de corrupción y diga que este Gobierno se tiene que ir a su casa? ¿De qué está hablando el Partido Popular?¿De crisis nacional? Es todo una ficción", lamentan. "Lo que va a conseguir el Partido Popular, si no frena, y empiezo a pensar que ya van un coche sin frenos, es transmitir al ciudadano la falta de confianza en las instituciones. Y va a gobernar Vox, no ellos. Que pongan la tele. Sucede en Europa, en Estados Unidos", argumentan.

Con todo, en Moncloa aseguran que "vamos a gobernar hasta 2027 con total normalidad", a pesar de que el Gobierno no haya siquiera presentado los Presupuestos Generales del Estado para 2025 y nada apunte a que vaya a poder hacerlo para 2026. Para esto también hay respuesta: "Los Presupuestos que hay son muy buenos, y como hay más dinero de que había cuando se hicieron, gobernar es relativamente sencillo. Como siempre ha dicho el presidente del Gobierno, los verdaderos presupuestos de esta legislatura son los fondos europeos".

En conclusión, a pesar de los problemas políticos, estratégicos y judiciales y de las señales empresariales, en el cuartel general de Pedro Sánchez tienen muy claro que siguen adelante. En un "búnker", pero adelante.