Starmer busca nuevos pactos con la UE en aduanas y Defensa sin perder encaje con EE UU | Diario Sur


British Prime Minister Keir Starmer navigates a complex geopolitical landscape, seeking new agreements with the EU on customs and defense while maintaining a delicate balance with the US.
AI Summary available — skim the key points instantly. Show AI Generated Summary
Show AI Generated Summary

Keir Starmer lleva camino de convertirse, si no lo ha hecho ya, en el hombre de 2025 en la difícil geopolítica transatlántica. El primer ministro ... británico está decidido a mantener viva y en progreso su compleja aproximación a la Unión Europea -resetear la relación pero sin romper el Brexit porque es lo que eligieron los ciudadanos hace cinco años- mientras intenta conservar la sintonía con Estados Unidos, muy interesado en convertir al Reino Unido en su socio preferente al otro lado del océano. Y ya se sabe que contrariar a Donald Trump tiene un alto precio, del que las islas se van defendiendo, con un 10% de aranceles en contraposición a las ansiedades que sacuden su antigua casa comunitaria.

Se trata de un difícil ejercicio de equilibrismo en el que el 'premier' recuerda que Churchill nunca necesitó elegir entre un bloque u otro. Al tiempo, el líder laborista negocia un tercer frente: la alianza militar de la paz para Ucrania. Se ha hecho un lugar como referente europeo en este conflicto, aun cuando su país no pertenece a la UE y está fuera de su plan de rearme. Pero se le tiene en cuenta. Este miércoles, el próximo canciller federal, Friedrich Marz, señaló que, sin la coordinación con el Reino Unido, Alemania no enviará sus misiles de medio alcance 'Taurus' a Kiev, cuyo ejército los considera de una importancia capital para frenar a Rusia en el campo de batalla.

Work in progress en Downing Street. El gabinete británico ultima esta semana sendas propuestas de integración en materia alimentaria, farmacéutica y de Defensa con Bruselas. Así dicho parece prosaico, pero representa el esfuerzo del 'premier' por acercarse a la Unión con una voluntad inédita en un lustro de Brexit. Quiere ver esos acuerdos materializados el 19 de mayo, durante la primera cumbre bilateral que tendrá lugar en suelo británico desde el día de la desconexión. Allí recibirá a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y a su homólogo al frente del Consejo Europeo, António Costa.

Aviso Algunos laboristas le piden que no olvide el riesgo de perder convenios con la Casa Blanca

En el Gobierno cunde, sin embargo, la inquietud porque el acercamiento al continente conlleve una interpretación negativa en Washington, que trabaja «intensamente» para acordar un «gran» pacto económico conjunto con su «amigo» británico, en palabras del vicepresidente J.D. Vance. Lord Frost, el político que negoció en Brexit, ya ha alertado de la posibilidad de perder convenios con EE UU y ha señalado que los aranceles aplicados a EE UU, la mitad que a los Veintisiete, «reivindica nuestra decisión de salir de la UE y su unión aduanera».

De igual a igual

Los negociadores británicos y comunitarios se han reunido para moldear un pacto que no subordine a ninguno de ellos, de manera que ni la UE reciba críticas internas por ceder ante un antiguo socio díscolo, ni el Gobierno británico termine acusado de minar el Brexit. La fórmula es un 'quid pro quo'. Poner en línea y a la misma altura los intereses de los dos países. Afectará a bienes alimentarios y medicamentos veterinarios. Y congelará sus controles fronterizos.

Seguridad. El Reino Unido quiere participar en el plan de rearme de Europa propuesto por Bruselas, a priori favorable a su intervención. Londres advierte que la industria militar británica debe entrar en ese paquete porque la coordinación con las empresas del bloque será imprescindible. Controles. Pactos que permitan congelar los controles fronterizos y aduaneros para productos alimenticios y veterinarios. Algunos laboristas aconsejan a Keir Starmer que no pierda el equilibrio con Estados Unidos, muy interesado en el «mercado agrícola» británico. Medio ambiente. La UE puede incorporar al país del Brexit en sus programas que favorecen la descontaminación.

El Reino Unido contabilizó una caída de las exportaciones de alimentos y bebidas de un 34% entre 2020 y 2024. Respecto a los fármacos en cuestión, pueden parecer el hermano pequeño de cualquier crisis entre potencias. Pero Bruselas concede un gran valor a ese circuito formado por Gran Bretaña, Irlanda, Chipre, Malta e Irlanda del Norte del que depende la salud de la industria agroganadera y la seguridad alimentaria de los Veintisiete.

Europa plantea un ambicioso plan de rearme para conseguir su autonomía defensiva tras la amenazante sombra rusa y las muestras de EE UU de querer alejarse del papel de garante de la seguridad que asumió tras la Segunda Guerra Mundial. De la misma manera, la pandemia y la actual aplicación descontrolada de aranceles por parte de Trump le han enseñado que proteger su potencial alimentario es también vital.

Un ejemplo: el Reino Unido ha prohibido a los viajeros de la UE que introduzcan carne cruda, leche, queso o jamón en su país por el temor a la fiebre aftosa. La importancia de los productos veterinarios ha forzado a que las rígidas normas postBrexit se hayan flexibilizado en sucesivas prórrogas, la última de las cuales expirará el 31 de diciembre. El pacto permitiría demás solucionar el problema aduanero entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte y su dimensión política.

Starmer quiere llevar a esa cumbre otro acuerdo en materia de Defensa para que el Reino Unido pueda participar en las iniciativas de rearme europeas y su industria, beneficiarse de una parte de los 150.000 millones de euros de fondo previstos para seguridad. Bruselas da prioridad en este caso a las empresas con sede en la UE, Ucrania o la EFTA, la Asociación Europea de Libre Comercio que engloba a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Países como Francia y Dinamarca han propuesto que, a cambio de la entrada de Londres en este pacto, deje libre el acceso a los pesqueros en aguas británicas, pero Starmer es inflexible en ese punto: Defensa y pesca no pueden ir de la mano.

El referente pragmático

El primer ministro busca acercarse a los Veintisiete ante la incertidumbre que despierta Trump y las amenazas que emanan de la guerra en Ucrania. Aun así, se enfrenta a serias reticencias internas. Aparte de que un tratado alimentario abrirá la puerta a cierto arbitrio del Tribunal de Justicia Europeo, aspecto que odian los partidarios del Brexit, los propios laboristas le aconsejan que analice el posible coste norteamericano del reseteo cuando ahora lo tiene todo a favor para negociar acuerdos con la Casa Blanca.

A EE UU se exportan 220.000 millones de euros anuales en mercancías y servicios. El vicepresidente Vance destacó esta semana el «gran cariño» de Trump por el Reino Unido y la «importante relación» entre los dos países, no sólo económica sino porque «existe una verdadera afinidad cultural. Estados Unidos es fundamentalmente un país anglosajón», subrayó Vance.

El primer ministro británico es un hombre pragmático, letrado experto en derechos humanos y 'barrister' -como se conoce en Inglaterra a los abogados de mayor rango-, que parece haberse visto catapultado a una misión superior por el vértigo de los acontecimientos, el peso de la Historia y la tibieza de la UE. Ha crecido como referente. Con sus debilidades, que las tiene. Mantiene una política conciliadora con el líder republicano, pero en su entorno dicen que es consciente de que esa sintonía es un bien perecedero. Y a los suyos les recuerda que Clement Attlee, primer ministro laborista entre 1945 y 1951, hizo que Gran Bretaña jugara un papel trascendental en el Occidente de la postguerra.

Al frente de las dos alianzas continentales militares pro-Ucrania El primer ministro británico, Keir Starmer, ha sabido aprovechar las dudas y debilidades de la UE para ponerse al frente de la respuesta militar continental a la invasión de Ucrania sin que el Reino Unido sea miembro del bloque. Mientras los Veintisiete debatían cómo cumplir con un aumento de la inversión en Defensa, con socios como España, Bélgica e Italia por debajo del 2%, el Gobierno laborista anunció una radical reforma para aumentar el gasto militar del 2,3% al 2,5% del PIB, incluso a costa de la inversión social. También Londres ha aprovechado las fisuras de la UE sobre la ayuda que prestar a Ucrania al crear junto a Francia una misión de paz militar para cuando termine la guerra. El Reino Unido dirige ahora las dos principales alianzas continentales en defensa de Ucrania: la citada misión y, desde esta semana el Grupo de Contacto que reúne a 50 países y canaliza la ayuda militar a Kiev.

🧠 Pro Tip

Skip the extension — just come straight here.

We’ve built a fast, permanent tool you can bookmark and use anytime.

Go To Paywall Unblock Tool
Sign up for a free account and get the following:
  • Save articles and sync them across your devices
  • Get a digest of the latest premium articles in your inbox twice a week, personalized to you (Coming soon).
  • Get access to our AI features

  • Save articles to reading lists
    and access them on any device
    If you found this app useful,
    Please consider supporting us.
    Thank you!

    Save articles to reading lists
    and access them on any device
    If you found this app useful,
    Please consider supporting us.
    Thank you!