Trump echa el freno a la economía mundial: el FMI rebaja al 2,8% la previsión global de crecimiento | Economía | EL PAÍS


The IMF lowers its global growth forecast to 2.8% due to Trump's trade war, causing uncertainty and potentially a recession.
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“La economía global entra en una nueva era”. Esa frase, del economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas, no es de las que se pronuncian todos los días. La guerra comercial declarada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra todo el mundo, con los aranceles más altos en más de un siglo, representa un vuelco al orden económico internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. De momento, predomina la incertidumbre típica de los cambios de ciclo, pero una cosa parece clara: Trump ha pisado el freno no solo de la economía estadounidense, sino también de la mundial.

El pesimismo se ha adueñado de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que se celebran esta semana en Washington. Menos crecimiento, más inflación, incertidumbre general, volatilidad en los mercados y un futuro difícil de anticipar. Los acontecimientos se suceden tan rápido que las previsiones se quedan viejas antes de publicarse.

El FMI tuvo que tirar a la papelera sus pronósticos cuando Trump apareció con su cartelón el 2 de abril en la Rosaleda de la Casa Blanca. Sus economistas tuvieron que completar en apenas 10 días un nuevo ciclo de análisis que suele durar más de dos meses. Y, lo que es peor, sus cálculos se han vuelto a quedar desfasados. Las previsiones de referencia publicadas este martes en su informe Perspectivas de la economía mundial parten de los acontecimientos arancelarios hasta el 4 de abril, dejando fuera la tregua parcial de los mal llamados aranceles recíprocos, la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y otros cuantos giros de guion. El Fondo ha elaborado escenarios alternativos, pero incluso esos dejan fuera los acontecimientos más recientes.

Aunque la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ya adelantó que sus nuevas previsiones no prevén una recesión global, pero el FMI concede a ese escenario una probabilidad de un 30%. Sí hay rebajas sustanciales y generalizadas en las perspectivas de crecimiento. Afectan a todas las grandes economías, avanzadas y en desarrollo, con una notable excepción. Se trata de España, para la que el Fondo prevé, como ya adelantó este mes, un mayor dinamismo, que convertiría al país en el de mayor crecimiento entre todas las grandes economías avanzadas.

Ninguna otra gran economía se salva de la quema. Para Estados Unidos, el recorte es de 0,9 puntos este año, hasta el 1,8%, y de 0,3 puntos el próximo, hasta el 2,0%, con una probabilidad de recesión del 37%. El país que más sufre es México, al que la guerra comercial condena a la recesión, con una contracción del 0,3% este año tras un recorte de 1,7 puntos en las previsiones. China y Canadá, los otros dos grandes socios comerciales de Estados Unidos, ven sus previsiones recortarse 0,6 puntos este año, hasta unos crecimientos del 4,0% y el 1,4%, respectivamente.

La rebaja es de 0,2 puntos tanto para la zona euro como para la Unión Europea, hasta el 0,8% y el 1,2% respectivamente, con una economía alemana estancada. Las previsiones de Japón y el Reino Unido empeoran medio punto, hasta un crecimiento esperado del 0,6% y el 1,2%. Brasil, India, Indonesia, Australia, Arabia Saudí, Nigeria y así las 20 mayores economías mundiales sufren recortes en mayor o menor grado.

Para el conjunto de la economía mundial, la previsión de crecimiento para este año pasa del 3,3% al 2,8% y para 2026, del 3,3% al 3,0%, aunque cualquier pronóstico a más de un año parece ciencia ficción en este contexto. El crecimiento que prevé ahora el FMI para la economía mundial es el más bajo desde la pandemia y uno de los menores del siglo, con las excepciones de las recesiones globales de 2009 y 2020 y de la crisis de 2001 tras el estallido de la burbuja tecnológica.

El Fondo avisa de que predominan los riesgos a la baja. Sus previsiones para muchos países parecen optimistas en comparación con las de servicios de estudios privados. Georgieva dijo la semana pasada que “las percepciones negativas pueden afectar a la economía” y no parece querer contribuir a alimentarlas. En su escenario alternativo, que incorpora la tregua parcial de los aranceles y la escalada con China, el crecimiento sería similar, pero con peores datos para Estados Unidos y China y mejores para el resto. Las pérdidas en China y Estados Unidos se acentuarían en 2026 y años posteriores, mientras que las ganancias en otras regiones se desvanecerían, lo que daría lugar a resultados mundiales más débiles que los previstos en la proyección de referencia.

No se trata, sin más, de una rebaja de previsiones. Es una sacudida mayor, un cambio de era, nada menos. “El sistema económico mundial bajo el cual han operado la mayoría de los países durante los últimos 80 años está siendo reconfigurado, lo que marca el inicio de una nueva era para el mundo”, sostiene Gourinchas. “Las normas existentes se ven cuestionadas, mientras que las nuevas aún no han surgido. Una serie de anuncios arancelarios por parte de Estados Unidos, que comenzaron a finales de enero con Canadá, China, México y algunos sectores críticos, culminaron con la imposición de gravámenes casi universales el 2 de abril. El tipo arancelario efectivo de Estados Unidos superó los niveles alcanzados durante la Gran Depresión, mientras que las respuestas de los principales socios comerciales elevaron significativamente el tipo global”, añade.

Según subraya el FMI, a diferencia del siglo pasado, la economía mundial se caracteriza ahora por un alto grado de integración económica, con cadenas de suministro y flujos financieros que se entrecruzan por todo el mundo, cuya posible desintegración podría constituir una importante fuente de perturbaciones económicas. Por eso, espera “una desaceleración significativa del crecimiento mundial a corto plazo” en su previsión de referencia.

Incertidumbre e imprevisibilidad

El Fondo advierte que, al margen de ese escenario, existen muchas posibilidades, pero que la propia indefinición lastra el crecimiento. “Ante la mayor incertidumbre sobre el acceso a los mercados —tanto los propios como los de sus proveedores y clientes—, la reacción inicial de muchas empresas será hacer una pausa, reducir la inversión y recortar las compras. Del mismo modo, las entidades financieras reevaluarán su oferta de crédito a las empresas hasta que puedan evaluar la exposición de estas últimas al nuevo entorno”.

Además, “la imprevisibilidad con la que se han ido desarrollando estas medidas también tiene un impacto negativo en la actividad económica y las perspectivas y, al mismo tiempo, dificulta más de lo habitual la formulación de hipótesis que sirvan de base para un conjunto de proyecciones coherentes y oportunas”, reconoce.

Un carguero cerca del pueryo de Hai Phong, en Vietnam.Athit Perawongmetha (REUTERS)

El debilitamiento de la demanda ha hecho bajar el precio del petróleo, mientras que el efecto sobre el tipo de cambio es más difícil de analizar. En anteriores episodios, los aranceles han provocado una apreciación del dólar, pero en esta ocasión la incertidumbre, las perspectivas de menor crecimiento en Estados Unidos y una menor demanda de activos estadounidenses están lastrando su divisa.

“Los riesgos siguen claramente orientados a la baja”, advierte Gourinchas. “La economía mundial ha mostrado una sorprendente resistencia durante las graves perturbaciones de los últimos cuatro años y aún presenta importantes secuelas. Ahora se ve sometida de nuevo a una dura prueba”, añade. Entre esos riesgos están un aumento aún mayor de las tensiones comerciales o incluso una crisis financiera. En sentido contrario, si los países rebajan su proteccionismo actual y se coordinan para aportar claridad y estabilidad a la política comercial, las perspectivas podrían mejorar de inmediato.

En cuanto al recetario, el Fondo reclama previsibilidad y estabilidad en la política comercial, con un sistema basado en normas, justo lo que ha hecho saltar por los aires Trump. Admite que los bancos centrales afrontan un dilema entre contener los precios y sostener la demanda. Les pide estar vigilantes ante el riesgo de un rebrote de las expectativas de inflación y en ese caso “será necesario un endurecimiento enérgico”. En otros casos, será necesario bajar los tipos de interés para evitar una recesión. “En todos los casos, la credibilidad del marco de política monetaria —y su piedra angular, la independencia del banco central— seguirá siendo fundamental”, subraya, en lo que parece otro recado a Trump tras sus ataques el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

El Fondo avisa también de los riesgos para la estabilidad fiscal. “Es posible que sea inevitable, e incluso deseable, prestar algún tipo de apoyo, pero este debe seguir estando muy bien orientado e incorporar cláusulas de extinción automática. La experiencia de los últimos cuatro años sugiere que es más fácil abrir el grifo del apoyo fiscal que cerrarlo”, avisa Gourinchas.

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