Donald Trump's surprise announcement of potential 100% tariffs on films produced outside the US with foreign tax incentives has sent shockwaves through Hollywood. The move comes as the film industry grapples with the pandemic's impact, strikes, and wildfires in Los Angeles. While Trump claims his goal is to boost US jobs, the lack of details and the swift negative market reaction indicate significant uncertainty.
Stock prices for major studios like Netflix, Disney, and Warner Bros. immediately dropped following the announcement. While the White House stated no final decisions had been made, Trump's Commerce Secretary confirmed his office was working on implementation. The Motion Picture Association (MPA) argues that a federal tax incentive is needed to compete globally, noting the US currently has a positive trade balance in film services. Industry professionals express deep concern over the lack of clarity on the tariffs' implementation, especially regarding films already in production.
Trump's claim that Hollywood is making few films isn't entirely inaccurate. US film production, particularly of movies under $40 million, has declined substantially due to tax breaks and lower labor costs offered in other countries. Major blockbusters, like recent Minecraft and upcoming Mission: Impossible and Avatar sequels, are primarily filmed overseas. This situation has worsened with recent actor and writer strikes.
Trump's attempt to revive Hollywood isn't new. Appointing Mel Gibson, Jon Voight, and Sylvester Stallone as 'special ambassadors' to the industry in his second presidential term was intended to foster a 'golden age' of cinema. However, the ambassadors' effectiveness remains questionable, with some industry members suggesting their role is symbolic and initiatives like ‘Stay in LA’ have reportedly received no response.
Hollywood tiene un nuevo motivo para angustiarse. La industria del cine ha sido golpeada por la pandemia, por dos huelgas y por los incendios de Los Ángeles. Ahora se enfrenta a las políticas proteccionistas de Donald Trump. El presidente sorprendió la noche del domingo con una propuesta en la que pretende imponer aranceles de 100% a las producciones de los grandes estudios que se filmen fuera de Estados Unidos con incentivos fiscales de otras naciones. Las Bolsas reflejaron el lunes la reacción al anuncio. Los títulos de Netflix, Disney, Warner Bros. Discovery y Paramount cayeron en las primeras horas de operaciones entre un 2 y un 3%.
Como todo anuncio arancelario de la era Trump, los detalles de la amenaza no fueron dados a conocer. “No quiero dañar a la industria, quiero ayudarla porque ha sido completamente mermada (...). Me voy a reunir con la industria porque quiero que esté contenta con esto. Todo se trata del empleo”, ha dicho Trump este lunes en una conferencia de prensa en el Despacho Oval para anunciar la construcción de un nuevo estadio de fútbol americano en Washington.
La Casa Blanca, no obstante, ha informado este lunes a través de un comunicado a The Hollywood Reporter que no se han adoptado “decisiones finales” y que la Administración estudia “todas las opciones posibles” para devolver la producción de Hollywood a Estados Unidos.
El mensaje contrasta con la pronta respuesta de Howard Lutnick, el banquero que fue nombrado secretario de Comercio. Este aseguró la noche del domingo que su oficina ya estaba trabajando en la implementación de las medidas que podrían impactar a una industria que tiene empleados a 2,3 millones de personas y paga cada año 229.000 millones de dólares en salarios.
El presidente de la Motion Picture Association (MPA), la voz de la industria, había lanzado recientemente un mensaje durante los días en los que Trump ha colocado todos los sectores económicos en la mira. “Mantenemos una balanza comercial positiva con todos los mayores mercados, mientras representamos el 6% del superávit comercial nacional en los servicios”, aseguró Charles Rivkin, consejero delegado de la MPA. La organización lleva varios años argumentando que el país necesita un incentivo fiscal federal que pueda competir con un mercado global donde es fácil encontrar créditos fiscales muy atractivos en el extranjero.
Trump aseguró la noche del domingo que otros países “han estado robando las capacidades de producción de los Estados Unidos en los últimos años (...). Hollywood está haciendo muy pocas películas ahora”, aseguró el mandatario al pie del helicóptero presidencial. “Esto es una amenaza a nuestro país”, concluyó.
El diagnóstico presidencial no está del todo errado. Hollywood lleva años mudando sus producciones más grandes a países que ofrecen lucrativos beneficios fiscales y salarios más bajos para los profesionales de la industria audiovisual. La producción en el país ha caído un 40%, un fenómeno que se ha agravado recientemente por varios factores, como la huelga de actores y escritores.
El gasto en películas filmadas con un presupuesto inferior a los 40 millones de dólares ha caído un 25% en los últimos dos años en Estados Unidos. Estas películas de tamaño mediano se han rodado principalmente en Reino Unidos, Canadá, Hungría, Alemania y República Checa.
El problema es aún mayor para las grandes apuestas de los estudios. Los filmes que aspiran a hacer la mayor taquilla del año son prácticamente realizadas en su totalidad en el extranjero. Estas van desde la adaptación cinematográfica del exitoso videojuego Minecraft, que se estrenó hace algunas semanas, hasta las nuevas entregas de Misión: imposible y Jurassic World, que llegarán a las salas este verano.
Las nuevas entregas de los Avengers de Marvel se están rodando en varias ciudades de Europa. La preproducción de la quinta entrega de Avatar, una de las mayores sagas recientes, comenzará sus trabajos el próximo año en Nueva Zelanda —donde se rodaron las anteriores— con miras a estrenarse en diciembre de 2031.
Variety, la revista especializada en el sector del cine y la televisión, recogió varias voces de preocupación entre los profesionales. “¿Cómo piensan determinar en qué momento entran en efecto los aranceles? ¿Qué pasará con las películas en preproducción, que están siendo filmadas o que ya llegaron a postproducción? Estarían duplicando sus costes. Nada de esto ha sido pensado", aseguró un productor, del que no se revela el nombre, desde Londres.
La idea de Trump de salvar Hollywood no es reciente. Días antes de asumir su segunda presidencia, nombró como “embajadores especiales” ante la industria a los veteranos actores Mel Gibson, Jon Voight y Sylvester Stallone con el objetivo de crear una “nueva era dorada del cine”. Gibson, por cierto, planea iniciar este verano el rodaje de la secuela de la pasión de Cristo, Resurrección, en los legendarios estudios italianos de Cinecitta, ubicados a las afueras de Roma.
Voight y su agente, Steven Paul, se han reunido con representantes de los gremios con el objetivo de recabar información sobre el estado de la producción en el país, de acuerdo a Variety. Otros actores de la industria, sin embargo, aseguran que el rol de los tres embajadores es simbólico. Los fundadores de Stay in LA, una iniciativa creada por profesionales del cine y la televisión para mantener la producción en Hollywood, tocaron la puerta de los enviados de Trump para tener ayuda. “Nunca nos llamaron de vuelta”, dijeron los encargados de la organización a Los Angeles Times. Quizá la amenaza arancelaria haga que los teléfonos vuelvan a sonar.
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