"Los gigavatios (mil millones de vatios) no desaparecen [como afirmó Pedro Sánchez en medio del apagón], lo que ha ocurrido es que el sistema se ha desacoplado, que no es lo mismo", asegura Jorge Sanz, ex presidente de la Comisión para la Transición Energética. En su opinión, lo que habrían fallado son los sistemas de estabilización del sistema que el Centro de Control Eléctrico (CECOEL), el departamento de Red Eléctrica que opera el sistema, pone en marcha de forma automática cuando hay saturación en la red de alta tensión.
Es decir, se habría producido, aunque lógicamente cualquier conclusión está todavía sometida a un elevado grado de incertidumbre, una saturación en la red de alta tensión, que opera con normalidad a 400 kilovoltios (400.000 voltios). Cuando la red supera con alguna holgura esa tensión (también en sentido contrario) entran en funcionamiento los sistemas de estabilización del sistema, básicamente centrales hidráulicas, ciclos combinados (con gas) o, en última instancia, centrales nucleares.
Es decir, son instalaciones de potencia síncrona (corriente alterna) que ofrecen estabilidad y dan inercia a la red de alta tensión, pero que, en este caso, por razones que aún se ignoran hasta que se conozca con detalle lo sucedido, no han funcionado de forma correcta. O expresado de otra manera, la red de alta tensión, durante los cinco segundos en los que se desacopló el sistema por el que circula la electricidad generada por las compañías privadas (Endesa, Iberdrola o Naturgy), superó su nivel de tolerancia (los 400 kilovoltios), pero no se pusieron en marcha de forma automática los relés de desconexión para evitar la caída en cadena. De hecho, lo que se produjo fue una desconexión general de la red a causa de dos incidentes concretos, según ha revelado Red Eléctrica. A eso se refería Pedro Sánchez cuando hablaba de que se habían perdido 15 gigavatios de potencia (casi la décima parte de la potencia instalada). En total, 130.444 megavatios.
El CECOEL, que es el cerebro, y hasta el corazón, de Red Eléctrica, es quien recibe en tiempo real la información sobre el funcionamiento de las compañías generadoras de electricidad, todas ellas ajenas a la compañía semipública (el 20 % es del Estado) y es el encargado de la supervisión del sistema. Aunque su operatividad está totalmente automatizada, su desempeño depende, en última instancia, de decisiones humanas. Aquí está, de hecho, la pregunta clave del apagón del sistema: ¿por qué no actuaron los estabilizadores de la tensión —los generadores convencionales— cuando se necesitaban para equilibrar la red? Pero también, ¿por qué el apagón fue general cuando la red funciona mediante un sistema de malla? Es decir, se articula a través de una red de cortafuegos —los nudos— que evitan la propagación del fallo al conjunto del sistema.
Hay que tener en cuenta que la red está compuesta por más de 45.000 kilómetros de circuitos de líneas de alta tensión (por encima del perímetro de la Tierra), cerca de 700 subestaciones (los llamados nudos de la red), 6.000 torres y más de 225 transformadores.
Lo singular, en este caso, es que la red ya había dado algunas señales negativas en las últimas semanas. La refinería de Cartagena de Repsol advirtió a sus clientes hace unos días de un fallo en el suministro, según ha publicado El Mundo; y también algunos trenes de alta velocidad tuvieron que parar recientemente por la misma razón. Algo había fallado en esas conexiones con la red general. No es, desde luego, un problema de potencia instalada o de la inestabilidad del flujo renovable. En el momento del apagón, la demanda de energía eléctrica apenas representaba la quinta parte de la potencia instalada en España para satisfacer las necesidades de empresas, familias y administraciones. Y en otras ocasiones las renovables, incluso, habían aportado más electricidad que este pasado lunes a la red y no sucedió nada.
Inmediatamente antes del apagón, a las 12:33, cuando se produce un primer evento —así lo ha calificado Red Eléctrica— que causa una caída sin precedentes de la generación, las energías renovables (principalmente, fotovoltaicas y viento) aportaban las dos terceras partes de la generación del sistema, por lo que muchos han mirado a ellas.
Según han reconocido los directivos de Red Eléctrica a los inversores, como ha publicado Bloomberg, lo sorprendente es que el sistema se recuperó de esa primera caída, pero 1,5 segundos después volvió a desplomarse la producción eléctrica pese a haber actuado los sistemas de amortiguación para estabilizar la red. Sin embargo, en este segundo episodio, la capacidad de reacción de las redes de protección no fue suficiente. El desencadenante, según Red Eléctrica, habría sido la repentina desconexión de dos centrales de generación eléctrica (no identificadas por el momento) situadas en el sudoeste de la península (probablemente Extremadura).
El daño habría sido aún peor si se hubieran averiado las turbinas de generación, cuya reparación habría costado semanas o meses
Lo cierto es que en anteriores ocasiones las renovables han generado incluso más energía que en la jornada del 28 de abril, pero entonces funcionaron los estabilizadores, justo lo contrario que el pasado lunes.
La pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué el CECOEL, que monitoriza el funcionamiento del sistema, no actuó para evitar ese desequilibrio de tensión que hizo que una parte de la red se desacoplara y causara el apagón? Entre otras razones, porque el perjuicio habría sido todavía peor si se hubieran dañado las turbinas de generación, cuya reparación habría costado semanas o incluso meses. Afortunadamente, la normalidad regresó (salvo excepciones) a última hora de la noche en la mayoría de las ciudades del país.
Para conocer lo que sucedió existe, sin embargo, una particularidad. Frente a lo que ocurre en otras áreas —por ejemplo, la aviación civil, los ferrocarriles o la navegación marítima—, donde opera una Comisión de Accidentes e Incidentes, será la propia Red Eléctrica quien investigue lo sucedido, lo cual genera un posible conflicto de intereses. De hecho, serán los responsables del buen funcionamiento de la red de alta tensión quienes investiguen lo ocurrido, aunque no del todo. Al menos, el presidente del Gobierno ha anunciado la creación de una comisión técnica (con participación de la CNMC) que analizará las causas del apagón. La Comisión Europea también investigará lo sucedido porque se aspira a tener un mercado eléctrico integrado, y España sigue siendo una isla energética.
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