«La idea es poder organizar talleres y que también funcione como sede de la asociación. Concienciar sobre la ribera y dar a conocerla, porque hay tramos que son bastante desconocidos para los vallisoletanos», apunta Soco Ortega. A falta de rematar, el mirador contará con una parte superior abierta al público, con vistas al río y a la orilla de la cúpula el milenio, mientras que también tendrá otra privada, para la asociación, donde se instalará una gran cristalera que también dejará abiertas las vistas. A escasos días de la inauguración –previsiblemente el 1 de julio–, la tesorera también lamenta que hayan tenido que luchar contra el vandalismo durante la adecuación del espacio. «Un día entraron a robar y se llevaron varias herramientas», asegura.

A pesar de ello, los miembros de la asociación no han cejado en su empeño de tener todo a punto para renovar el espacio, ese espíritu que destacaba la tesorera. «Si conseguimos que las personas vean el río desde otra perspectiva, desde las riberas, paseando o incluso desde alguna embarcación, estamos seguro de que les va a gustar. Y cuando algo te gusta lo valoras más y ves que merece la pena cuidarlo», resume Soco Ortega.

La labor de estos voluntarios no se centra solo a esta altura del Pisuerga y trabajan a lo largo de toda al ribera. Este viernes, sin ir más lejos, retiraron un contenedor que había quedado atascado en la desembocadura de la Esgueva, de donde también retiraron un par de carros de la compra. «Siempre digo que la ribera es el mejor parque de la ciudad y que entre todos debemos cuidarlo», apunta el presidente, Juan Crespo. El fin de semana anterior también despejaron el acceso a los pantalanes de los clubs de piragüismo, así como retiraron 220 kilos de residuos o un tronco que obstaculizaba el paso del barco La Leyenda. Todo para que el resto de la ciudad también pueda disfrutar del río y su entorno.