Los medios públicos españoles viven una especie de implosión en el ecuador de la tercera legislatura de Pedro Sánchez. Las críticas internas por la pérdida de rumbo en RTVE han provocado un efecto dominó que afecta también a la Agencia EFE, inmersa en un cisma similar. La indignación en las dos plantillas crece y ya se han puesto sobre la mesa temas tan espinosos como la manipulación, el sesgo político y el desplome de la calidad, el rigor y los estándares mínimos de interés general y servicio público. Miguel Ángel Oliver y José Pablo López, presidentes de las dos entidades, son los nombres propios de la crisis.

RTVE lleva desde hace meses inmersa en una enorme polémica. El modelo Berlusconi abrazado por la nueva dirección ha levantado en armas a prácticamente toda la Corporación, sin excepción, con un rosario de quejas. Y en la cuarta agencia del mundo han puesto sus barbas a remojar.

"Esta sección sindical teme que con la aplicación de ese Plan se marque a Efe un rumbo parecido al que ha llevado a RTVE a apostar por productos polémicos como “La familia de la tele”. Y esa no es la deriva que queremos para la Agencia EFE. No queremos que la “vulgarización” afecte a la información que ofrecemos y que nos hagan perder nuestra razón de ser y que tenga implicaciones impredecibles en la plantilla", subraya CCOO en EFE a través de un comunicado interno.

El sindicato señala directamente a Miguel Ángel Oliver, exsecretario de Comunicación de Sánchez, que incluso integró las listas del PSOE para la Asamblea de Madrid en 2019. El nombre con el que se le conoce dice mucho de la situación en la agencia: Mao.

El apelativo es más que un acrónimo e internamente critican su mala relación con la prensa, especialmente durante la pandemia, y sus "actitudes totalitarias". Oliver llegó a EFE marcado por su íntima relación con el Ejecutivo y nada ha cambiado. Fuentes de la agencia, de hecho, confirman que su nombramiento es precisamente lo que parecía, en línea con otras instituciones como el CIS. "Todos los gobiernos han puesto a gente de su cuerda, es obvio, pero nadie ha ido tan lejos como Sánchez. ¡Era secretario de Estado y fue en listas del PSOE!", exclaman las voces consultadas.

CCOO tampoco lo oculta. "Nos preocupa que MAO —igual que su jefe en Moncloa— exija lealtades incondicionales. En el tiempo que lleva en el cargo, hemos podido constatar que al presidente de EFE no le agradan las críticas y mantiene a quien no debe", añade la organización en el mismo escrito, donde denuncia que el Plan Estratégico quinquenal no ha sido compartido con nadie. "(...) parece que se empeña en “broncanizar” o “mamachizar” y seguir la estrategia de José Pablo López en RTVE para buscar unos ingresos que debería aportar el Estado, si de verdad quiere cumplir con los principios constitucionales y servirse de EFE para su política informativa, exterior y cultural", reitera.

La sombra de la manipulación

El paralelismo es muy claro. La transformación de RTVE cuenta con el rechazo unánime de la Corporación pública, desde el Consejo de Informativos a exprofesionales y sindicatos. Todos los actores han publicado diferentes comunicados criticando la "deriva" de la televisión, representada sobre todo por La familia de la tele de Belén Esteban, María Patiño o Inés Hernand. "Ni el tono ni la forma de este programa es lo que se espera de una televisión pública en un evento de esta importancia. Nuestros profesionales y nuestros espectadores merecen respeto", dijo el Consejo, tras alertar de la "merma" en la credibilidad del ente.

El terremoto en la cadena pública, sin embargo, va más allá del Sálvame 2.0. José Pablo López cuenta con varios frentes abiertos, como las presuntas irregularidades por el incumplimiento de contrato con Loterías y Apuestas del Estado para beneficiar a Broncano, con una penalización de un millón de euros. Pero hay más. Fuentes internas de RTVE advierten de que cada contenido de la parrilla, incluido el entretenimiento, tiene un "mensaje político muy claro y medido".

Lo cierto es que la sombra de la manipulación y el sesgo partidista planea sobre la televisión pública desde hace meses, hasta el punto de que el Consejo de Informativos investiga las producciones de Jesús Cintora y Javier Ruiz, Malas Lenguas y Mañaneros 360, por confundir, supuestamente, la información y la opinión. El propio organismo inició el procedimiento tras "numerosas quejas", aunque López confirmó el jueves que renovará los dos programas. El presidente de la Corporación, no obstante, apenas comentó los comunicados publicados.

RTVE y EFE tienen otro punto en común, según las denuncias de los sindicatos. En la televisión pública lamentan que haya más dinero para el programa de Andreu Buenafuente o La familia de la tele que para algunos perfiles de la plantilla, mientras que en la agencia advierten de una suerte de agencia de colocación en torno a Miguel Ángel Oliver. "Cobra 136.000 euros al año de lo público y reparte prebendas entre sus fieles. Prebendas que anulan el “ahorro” que la dirección de Personal y otros sindicatos pretendían conseguir con un acuerdo de convenio en vigor desde hace dos años y que supone “recortes” salariales para los redactores de nuevo ingreso", añade CCOO.

La situación en EFE es delicada y va camino de un punto de no retorno. Internamente incluso se habla de presuntas irregularidades en la contratación, con dedazos de Mao y los responsables de Recursos Humanos en procesos selectivos de "dudosa transparencia". El exsecretario de Comunicación de Sánchez solo ha necesitado un año y medio para dinamitar la primera agencia del mundo en castellano: "Nos tendrá enfrente. CCOO no se cansará de exigir transparencia, respeto a los principios de igualdad, mérito y capacidad para ingresar en EFE y de que sus gestores no dilapiden sus recursos, que se priorice la calidad informativa y el bienestar de la plantilla. No podemos permitir que EFE pierda su credibilidad y se aleje de su misión como medio público".

Los medios públicos españoles viven una especie de implosión en el ecuador de la tercera legislatura de Pedro Sánchez. Las críticas internas por la pérdida de rumbo en RTVE han provocado un efecto dominó que afecta también a la Agencia EFE, inmersa en un cisma similar. La indignación en las dos plantillas crece y ya se han puesto sobre la mesa temas tan espinosos como la manipulación, el sesgo político y el desplome de la calidad, el rigor y los estándares mínimos de interés general y servicio público. Miguel Ángel Oliver y José Pablo López, presidentes de las dos entidades, son los nombres propios de la crisis.