El ingeniero Javier Targhetta (Madrid, 1948) ha sido cocinero antes que fraile, y tal vez por eso conoce mejor que nadie cómo funciona la Administración por dentro. Lleva muchos años trabajando en la empresa privada, pero antes pasó por el viejo Instituto Nacional de Industria (naviera Elcano), aquel emporio industrial del franquismo que se fue diluyendo hasta que desapareció. Hoy es presidente de Atlantic Copper, filial del grupo estadounidense Freeport-McMoRan, uno de los más grandes del mundo en la industria minero-metalúrgica. Desde su atalaya tiene una vista formidable sobre los problemas de la economía española, también la europea, para iniciar un proceso reindustrializador. Atlantic Copper tiene sus mayores intereses en Huelva, y en esta entrevista, celebrada en Sevilla durante el reciente Congreso de Ceapi, que reúne a líderes empresariales latinoamericanos, repasa las batallas de los Estados por aprovisionarse de materias primas y minerales estratégicos.
PREGUNTA.- ¿Qué se puede hacer para mejorar la competitividad de la industria española? El debate sobre la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares, por ejemplo, está abierto.
RESPUESTA.- Es una ventaja contar con centrales nucleares ya amortizadas, aunque es verdad que no tenemos producción de uranio. La dependencia del exterior es variada y, por tanto, se pueden diversificar las fuentes de suministro. Además, la gestión y la seguridad de las centrales nucleares es excepcional. Creo que para alcanzar un cierto grado de autonomía estratégica energética, su presencia es imprescindible debido a que las renovables no mantienen una producción constante ni previsible. La nuclear tiene la enorme ventaja de una uniformidad de generación y de una estabilidad fantástica en términos de frecuencia.
P.- Siempre está ahí…
R.- Siempre está ahí, como el gas. Es un buen respaldo porque es muy ágil. España, además, por buenas políticas o por carambola, tiene una situación privilegiada en cuanto al suministro de gas natural, además de los tubos de Argelia. Pero las siete plantas de regasificación alrededor del litoral español, más la octava de Portugal a la que estamos conectados, nos dan la posibilidad de comprar gas natural licuado de cualquier origen del mundo: Egipto, Nigeria, Tobago, EEUU, Qatar, incluso Rusia. Y además contamos con Enagás. Es una red de distribución de gas que funciona estupendamente. Con lo cual, creo que la situación que tenemos es buena. La cuestión no es tanto por qué no cerrar las nucleares, sino por qué sí.
P.- Pero recuerde que en 2019 las compañías eléctricas propietarias de las nucleares firmaron un protocolo de cierre gradual hasta 2035. Nadie les obligó.
R.- Nunca llegué a comprender por qué aceptaron el cierre gradual. Sinceramente, no lo comprendí entonces y ahora tampoco lo comprendo. No lo sé. No soy capaz de explicarlo. No me cabe en la cabeza. No lo sé.
"En España no hay un plan ambicioso de exploración minera y los que hay son los que se hicieron en los años 80"
P.- Ahora son ellas las que quieren continuar...
R.- Sí. Conozco la apuesta por las renovables. Nosotros, en nuestra empresa, tenemos del orden del 50% de nuestra energía eléctrica en base a PPA (contratos de compra-venta a precio fijo) de renovables. Es decir, que demostramos que el movimiento se demuestra andando. No somos dudosos. Pero es que las renovables solas no funcionan.
P.- Hace pocas semanas Bruselas aprobó un plan de extracción de minerales críticos y fundamentales para Europa. ¿Cree que funcionará? La extracción, ya sabe, cuenta con mucha oposición en los territorios afectados. Durante años muchos municipios han apostado por el turismo y el medio ambiente y ahora se les quiere abrir una mina cerca.
R.- Es una pregunta doble. El plan es bueno. Lo que hemos echado de menos es más ambición para preservar lo que tenemos. Hay que conservarlo porque, si no, lo que hacemos es partir de cero. Y ya hemos perdido fuentes de producción y de suministro de materias primas como para no perder más. Eso quiere decir competitividad. Para poder subsistir hay que ser competitivo. Después del informe Draghi ha salido un reglamento europeo que se llama brújula de la competitividad que incluye, entre otras cosas, una energía que luego se ha convertido en otro plan que se llama ‘Affordable Energy Plan’. Es decir, el plan de la energía asequible para la industria, una especie de combinación de todos los reglamentos. Creo que está muy bien pensado, sobre todo si lo contemplamos en su conjunto. Lo que hace falta es pasar a la acción. Desde que han salido estos reglamentos han pasado cosas buenas, por ejemplo, la declaración de 47 proyectos estratégicos de suministro de materias primas.
P.- Entre ellos siete españoles…
R.- Efectivamente, uno de ellos es el de mi empresa. Son seis proyectos mineros y uno de reciclaje de chatarra electrónica para producir metales preciosos y metales básicos, que es precisamente el nuestro. Concretamente oro, plata, platino, paladio, cobre, níquel y estaño. Y lo tenemos avanzadísimo. Está en nuestro complejo metalúrgico de Huelva. El proyecto que presentamos ha sido declarado estratégico. Esos 47 proyectos están apoyados por Europa, aunque todavía no sabemos la forma exacta. Suponemos que va a haber voluntad de ayudar a esos proyectos para hacerlos más atractivos. Hay otra medida más que es el plan de exploración. Algunos países de Europa han creado ya un fondo para explorar, para hacer un mapa de los recursos geológicos de cada país. En España no hemos hecho nada. Se piensa que puede haber un presupuesto de entre 150 y 200 millones para un Plan nacional de exploración. Pero no están asignados. No hay una partida presupuestaria porque no hay presupuestos.
"Hay una estadística muy elocuente: EEUU en los últimos cinco años ha generado 3.000 leyes, Europa, 13.000"
P.- Pero si que los colegios de minas tienen perfectamente identificado dónde se pueden hacer exploraciones.
R.- Sí, sí. Lo que pasa es que no se ha hecho nunca un gran plan ambicioso de exploración minera en España. Hay mucho conocimiento de lo que puede haber en términos de probabilidad, pero los planes de exploración que se han hecho son de los años 80. Por ejemplo, el proyecto de litio de Cañaveral, que ha sido uno de los siete proyectos declarados estratégicos, se basó en un informe de la empresa nacional Adaro. Creo que es de 1984.
P.- Hace más de 40 años….
R.- No vemos los del sector que el proyecto salga adelante. No sólo hacen falta presupuestos, sino también conocer quién lo ejecute. Está el Instituto Geológico Minero de España, que tiene muy buena gente, pero no pueden manejar esa cantidad de fondos ni de lejos.
P.- Fíjese que la Comisión Europea ha lanzado un proyecto de exploración a escala continental y luego va EEUU y le gana por la mano a Europa en Ucrania. Europa está involucrada en la guerra más que nadie, pero quien explotará los recursos naturales será EEUU.
R.- Eso es típico. Europa tiene fama, en mi opinión mala fama, sobre legislar. Hay una estadística muy elocuente: EEUU en los últimos cinco años ha generado 3.000 leyes, Europa, 13.000. Mientras que EEUU ha estado tradicionalmente mucho más orientada a la acción, Europa a la legislación. Y este ejemplo que citas es claro. Europa necesita tierras raras y existe la posibilidad de que Ucrania pueda ser rica. Europa es la naif, es donde todo el mundo es bueno, es lo woke…., pero dónde está la innovación, la creación de riqueza, la inteligencia artificial…
P.- ¿Estamos asistiendo a un nuevo colonialismo en torno a las materias primas? EEUU, China, Rusia, incluso Europa, miran a África y a otros continentes. Washington intermedia en la guerra entre Ruanda y la República Democrática del Congo para extraer minerales críticos y fundamentales.
R.- Yo veo más a China en ese papel.
P.- También EEUU...
R.- China interviene en Congo y en Zambia de una manera muy potente, pero muy potente. En particular en lo que se llama la franja de cobre de África, que comprende básicamente el Congo, la República Democrática del Congo, Zambia, un poco Botsuana y Sudáfrica.
P.- También Europa. El presidente de CAF, el banco andino de desarrollo, ha pedido a los europeos que inviertan en Latinoamérica para extraer minerales y materias primas.
R.- En América Latina sí hay movimiento por parte de la Unión Europea de decir vamos a ver si somos capaces de participar en desarrollar proyectos mineros, sobre todo en los países muy mineros, como Chile y Argentina. Básicamente en busca de cobre y litio. En Perú hay también algunas sociedades. En cuanto al África subsahariana, nada de ayuda. Aquí nos pasa como tantas cosas. Lo que tenemos en Europa es lo que yo llamo un puritanismo en las exploraciones mineras. Estoy de acuerdo en que si hay trabajo infantil, fuera; si hay corrupción, fuera; si hay delito medioambiental, fuera. No digo que haya que tener manga ancha, pero te excluyes de buena parte del mundo. Lo que digo es: vamos a estar allí y evitar que eso ocurra, pero no me voy a ir de allí porque es allí donde están los recursos naturales que necesito.
P.- ¿Está funcionando la Alianza por la industria que se creó hace algunos años ante el riesgo de desindustrialización?
R.- Está funcionando aceptablemente. Es decir, estamos transmitiendo preocupaciones comunes a estos nueve sectores. A mí me gustaría que en la Alianza diéramos un paso más. Una de las asociaciones que forman parte de la Alianza es la nuestra, la que presido, que es la Confederación Española de Materias Primas. A mí me gustaría que diéramos un paso más para empezar, que la pudiéramos convertir en una entidad legalmente constituida. De momento no es más que una plataforma, pero creo que debemos avanzar en ello.
"Lo que tenemos en Europa es lo que yo llamo un puritanismo en materia de exploración de recursos naturales, somos 'woke"
P.- No hay un problema competencial entre las CCAA y la Administración central en materias de exploración de los recursos naturales.
R.- Sin la menor de las dudas, sin la menor de las dudas [repite]. Dios me libre de criticar el Estado constitucional autonómico español. Creo que tiene muchas virtudes, pero esa no. Esa no la tiene. Son competencias transferidas y, por tanto, hay 17 direcciones generales de minas en las 17 comunidades con formas de hacer las cosas no necesariamente coincidentes, con velocidades distintas, con motivaciones diferentes… Clamamos en el sector por una homogeneización. No quiero decir la palabra centralización, que suena fatal, pero esta es una cuestión de Estado, no regional.
P.- ¿Es una quimera la autonomía energética?
R.- Es un problema de Europa. Airbus es un ejemplo magnífico de que se puede hacer otra cosa.
P.- Pero Airbus sólo hay uno
R.- Pero es un ejemplo buenísimo. Airbus es el líder mundial. Que hubiera consorcios europeos para la fabricación de vehículos generadores o de placas solares fotovoltaicas sería magnífico. Creo que sería fenomenal.
P.- Esa integración supongo que será básica en la industria de la defensa, pero los gobiernos no están por la labor.
R.- Es una pena. La industria de la defensa puede ser perfectamente complementaria siempre que haya una política común de defensa. Si no hay ninguna política común de defensa, malamente va a haber una industria de defensa complementaria. Tenemos industrias muy potentes, manufactureras, de diseño, de fabricación, de manejo y de control de metales necesarios para la defensa. Alemania, Italia, Francia o España tienen buenas industrias. Dinamarca tiene una industria de maquinaria excepcional. Finlandia, Suecia… Creo que a la fuerza se puede convertir en una fuente de generación de riqueza y de empleo.
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