Matar la democracia para salvar la democracia | EL PAÍS América Colombia


AI Summary Hide AI Generated Summary

Colombian Democracy's Crisis

The article argues that Colombian democracy is deeply flawed, highlighting its historical issues and the current president's divisive rhetoric. It asserts that while President Petro correctly identifies the problems, his actions exacerbate them.

Lottocracy as an Alternative

As a solution, the article proposes 'lotocracy', a system where legislators are chosen by lottery, drawing inspiration from ancient Greece. This concept, supported by the insights of political science professor Juan Gabriel Gómez, is presented as a mechanism to counter the influence of money and power in politics, promoting greater equality and citizen participation.

Critique of the Current System

The article criticizes the current system as an 'oligarchic competitive system' where elected officials prioritize self-interest over public service. Lottocracy is presented as a way to level the playing field, preventing wealth from determining political representation.

Aristotelian Influence

The author cites Aristotle's assertion that lotteries are more democratic than elections in the context of societies with significant economic inequality, reinforcing the argument for lottocracy as a means to address inequality and enhance democratic principles.

Sign in to unlock more AI features Sign in with Google
We located an Open Access version of this article, legally shared by the author or publisher. Open It

No podemos mentirnos. En medio de tanto delirio de persecución y profecías no cumplidas de golpes de Estado, así como entre tantas frases groseras y altisonantes contra aquellos que no le acompañan, el presidente Petro tiene razón en una cosa: la democracia en Colombia falla y viene fallando desde hace un buen tiempo.

Negar que nuestra democracia viene mal, sería como decir que el sol no es aquel que nos calienta todos los días. Nuestra democracia viene mal desde hace décadas, si no siglos. Tal vez desde que ella nació tras la guerra de independencia donde Bolívar tuvo a Santander y Colombia los tuvo a ambos, para con ellos empezar la interminable historia boba de los dizque herederos de uno y otro peleando, discutiendo, matando, robando, conspirando, dividiendo y dejando huérfanos a los demás colombianos que no se interesan o no participan de la muy costosa democracia boba.

Petro no ha hecho sino enfermar más a esa democracia. Con discursos llenos de odio donde en lugar de buscar la reconciliación, que debería ser el camino de un estadista para abrir la senda del progreso, ha optado por el antagonismo, creando dos bandos en donde al menos uno de ellos detesta al otro y sueña con su aniquilación. Para ser un demócrata, la verdad es que el presidente en ejercicio resultó bastante regular. Un verdadero estadista no estaría a favor de la destrucción de sus opositores, sino que los abrazaría e incluso en ese abrazo les demostraría su grandeza. Pero eso a Petro le quedó grande. Nada que hacer.

Retomo: Petro no se equivoca cuando señala que nuestra democracia está mal. Solo le hace falta decir que él la dejará peor. Así que, ante la agonía de la democracia gracias a este presidente y sus predecesores, ha llegado de la hora de pensar en lo que sigue y para ello parece interesante mirar atrás, volver a los griegos y tal vez acoger un concepto novedoso y antiguo, pero válido, para que la política en un país desigual y corrupto como el nuestro vuelva a ser viable: la lotocracia.

El profesor de ciencia política de la Universidad Nacional, Juan Gabriel Gómez, ha escrito dos interesantes artículos sobre el tema y acierta en varios postulados, como por ejemplo que más que democracia lo que hoy tenemos es un “sistema oligárquico competitivo” y que por eso “una vez elegidos, algunos representantes que se consideran a sí mismos como alternativos pueden mostrar su disposición a prescindir de ciertos privilegios, como los altos salarios, pero nunca querrían prescindir de la posición de preeminencia de la que gozan”. De ahí que la idea de una lotocracia sea una amenaza para viejos y nuevos políticos, pues ya no habría elecciones, campaña, votos y raudales de dinero, sino un sencillo sorteo en el que ciudadanos del común pueden resultar ganadores de un escaño de la asamblea que decidirá el futuro del país, y que contará con asesores de varios niveles para ilustrar a los no doctos en toda la baraja de temas que existen en el poder legislativo.

Remata el profesor Gómez, a quien recomiendo lean, con esta frase: “En una época en la cual una persona, para ser escogida como representante, precisa de un capital económico considerable para financiar su campaña, el sorteo como medio de selección se convierte en el mecanismo verdaderamente igualador de la ciudadanía. Por eso es que Aristóteles dice que parece que el sorteo es más democrático que las elecciones”. Tal vez llegó la hora de remodelar la democracia.

🧠 Pro Tip

Skip the extension — just come straight here.

We’ve built a fast, permanent tool you can bookmark and use anytime.

Go To Paywall Unblock Tool
Sign up for a free account and get the following:
  • Save articles and sync them across your devices
  • Get a digest of the latest premium articles in your inbox twice a week, personalized to you (Coming soon).
  • Get access to our AI features

  • Save articles to reading lists
    and access them on any device
    If you found this app useful,
    Please consider supporting us.
    Thank you!

    Save articles to reading lists
    and access them on any device
    If you found this app useful,
    Please consider supporting us.
    Thank you!